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martes, 14 de mayo de 2019

LOS PRACTICANTES DE LA ARMADA ESPAÑOLA AL FINAL DEL SIGLO XIX Y PRINCIPIOS DEL XX.


Los sangradores embarcados se considerarán en la clase de oficiales de Mar, estarán a la orden de los Médico-Cirujanos en quanto respecta a su exercicio.
Ordenanzas de la Armada
Carlos III


Para acceder al nombramiento de practicante de la Armada de segunda clase, era necesario acreditar dos años de prácticas en hospitales militares o cuatro años en hospitales civiles, a lo que se la añadió no ser menor de veinte años, ser español, y demostrar mediante examen; poseer los conocimientos teóricos y prácticos de cirugía menor o ministrantes. De este modo, acabado los estudios como practicante en el hospital correspondiente, el aspirante manda solicitud al vicedirector del Cuerpo de Sanidad de la Armada del Departamento Marítimo, con el fin de ser admitido a examen. Se constituirá un tribunal presidido por el propio vicedirector y normalmente acompañado; por un médico mayor, dos primeros médicos y dos segundos médicos. El examen solía ser sobre flebotomía, extracción de muelas, preparación de alimentos de una dieta y aplicación de vendajes. A continuación, el tribunal se retirará a deliberar. 
 Juan Bautista Topete y Carballo, vicealmirante de la Armada y político, durante su etapa de Presidente del Consejo de Ministros, se ocupó de la formación de los practicantes de la Armada, ordenando a los jefes de clínica de los hospitales de marina departamentales: impartir tres lecciones semanales de distintas materias, como; osteología, sindesmología, fracturas, luxaciones, heridas, y vendajes. Esta instrucción comprendía a los practicantes destinados en el hospital y a los meritorios. El farmacéutico debería de dar clases prácticas en su oficina, una vez por semana; acerca de las preparaciones galénicas más sencillas, teniendo en cuenta que en algunas enfermerías pequeñas, el practicante se hará cargo de la farmacia. Si bien, al principio parecía estar aclarada la situación profesional, como ayudante del médico, conforme avanza la medicina y se dispone de nuevas técnicas exploratorias, aumentando también el personal de enfermería, va surgiendo dudas acerca de cuál va a ser la responsabilidad de los practicantes. 
El médico de la Armada, Emilio Ruiz Sanromán, en el año 1881, escribe el Manual del Practicante, el cual consta de tres partes fundamentales:
1). Conceptos fundamentales de Anatomía, Fisiología y Cirugía menor.
2). Servicios que deben prestar los practicantes de la Armada, incluyendo un interesante capítulo dedicado a la higiene.
3). Exposición de farmacia práctica y de nociones de terapéutica.
Respecto a las funciones que deben desempeñar los practicantes; Ruiz Sanromán propone lo siguiente:
Buques.
Guardar en orden los utensilios que estén a su cargo y tener dispuesto un apósito de curaciones para los casos urgentes.
Los que se encarguen de la farmacia, harán un resumen en la libreta para que se preparen las fórmulas medicinales que haya mandado el médico.
Mantener el orden en la enfermería y cuidar que los enfermos tomen las medicinas.
 Repetir las curas.
Vigilar la evolución de los enfermos encamados.
Vigilar a los enfermeros que estén a sus órdenes.
Controlar los consumos a su cargo, llevando una relación de los utensilios que se inutilizan.
Desembarcos.
Debe de haber una sección sanitaria a las órdenes del médico y si se careciese de este, a las órdenes del practicante. Habrá que levantar a los heridos y reanimarlos, curarlos, detener la hemorragia y conducir al traumatizado al lugar donde se encuentre la ambulancia. Si el practicante y los camilleros se ven atacados por el enemigo; se deberán defender hasta perder la vida para proteger al indefenso herido que conducen, que además de ser una obra de caridad, es llenar uno de los requisitos del deber y honor militar.
Batallones.
Señala Sanromán que la función es parecida a los buques.
Arsenales.
En ellos, encontraremos una enfermería con la misma asistencia sanitaria de un batallón, cuartel o buque en puerto. El practicante más antiguo tendrá a su cargo el material de cirugía y de enfermería.
Hospitales.
Primeros practicantes.
Comprobar todas las mañanas, una o dos horas antes de la visita a la sala; si se han ejecutado todas las disposiciones referentes a los enfermos encamados.
Cuidarán y serán responsables del material, procurando que no falte.
Se ocuparán de la farmacia, instrumentos y vendajes.
Observarán los baños generales y locales de los enfermos.
Darán las novedades diarias al jefe de la clínica o al médico que ocupe su puesto.
Vigilar que no se levante ninguna cura de cirugía sin haberlo ordenado el jefe de la clínica.
Efectuar las curas de pinzas.
Ordenar y distribuir el servicio entre los demás practicantes, enfermeros y resto del personal destinado en su sala.
Segundos practicantes.
Tendrán los mismos deberes que los primeros y podrán alternarse con estos cuando lo exijan las circunstancias.
Llevarán una libreta para anotar los medicamentos internos y externos, administrando los primeros a los enfermos.
Harán sangrías y administrarán sanguijuelas, así como ventosas y curaciones de los vejigatorios.
Practicantes supernumerarios o aspirantes.
Estarán a las órdenes del primero y segundo practicantes.
Aplicarán a los enfermos medicamentos externos en forma de tópicos, como cataplasmas, fricciones y enemas.
Deberán auxiliar al primer practicante en las curas, así como en la aplicación de apósitos y vendajes. Limpiarán los instrumentos utilizados en las salas.1, 2

NOTAS
1). El hecho de que no figuren las obligaciones de los terceros practicantes, se debe sin duda alguna a que en esta fecha dicho empleo no estaba vigente.
 2). Herrera Rodríguez y López Révora. Dos manuales para la formación de practicantes de la Armada Española. Revista de Historia Naval, nº 65, pp. 69-87.
*). Roca Núñez et al, pp. 73-76.



BIBLIOGRAFÍA.

Herrera Rodriguez, F;  López Révora, L. “Dos manuales para la formación de practicantes de la Armada Española (1881 y 1904)”. Revista de Historia Naval nº 25; pp. 69-87. Servicio de Publicaciones de la Armada, 1989.
ROCA NÚÑEZ, J.B. ROCA FERNÁNDEZ, F.J. GARVÍ LÓPEZ, M. ROCA FERNÁNDEZ, J.J. Historia de la Medicina. La Sanidad de la Armada española en la segunda mitad del siglo XIX. Martínez Encuadernaciones. Puerto Real (Cádiz), 2015.




Vacunación en el Ejército francés. Pintura en óleo sobre lienzo del pintor de Estrasburgo, Alfred Touchemoulin. Medicina Militar, 2004; 60 (2), p.79. 





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