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lunes, 28 de enero de 2019

ASISTENCIA HOSPITALARIA DE LA ARMADA EN EL VIRREINATO DE BUENOS AIRES.



La hospitalización de los enfermos pertenecientes a la Armada española se hace en este virreinato a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. Montevideo se había erigido como una base para los buques de guerra españoles y llega a adquirir el carácter de apostadero. Es cuando se piensa en la necesidad de construir un hospital de Marina y se propone que fuera regido por los betlemitas. En 1768 se habla de un hospital de los betlemitas en la ciudad de Buenos Aires, el cual sirve de refugio y de asistencia a los enfermos de la Marina de Guerra.
También se había establecido un Hospital de Marina en la ensenada de Barragán, instalado en un pequeño rancho y  capaz de albergar hasta 50 enfermos. En sus comienzos, fue levantado con el fin de atender a la dotación de la fragata Santa Rosa.
Cuando queda fundado definitivamente Buenos Aires, en 1580, Juan de Garay había asignado un lugar para la creación de un hospital que se llamó de San Martín, el cual funcionó como hospitalillo. En 1726 se pide que se hagan cargo del centro los betlemitas, trasladándose desde Potosí cuatro o cinco religiosos de la Orden. No obstante, hay que esperar a 1748 para que los betlemitas se hagan de forma definitiva cargo de este Hospital de San Martín, convirtiéndose en el punto de referencia de la hospitalización naval
En 1769 se piensa en la necesidad de hacerse con un hospital provisional en extramuros de Montevideo, ante el aumento de llegada de enfermos pertenecientes a los buques que arriban a su puerto. Para este centro hospitalario queda nombrada una plantilla, constituida por un contador, un mayordomo, un cirujano, un sangrador, cabo de sala, cocinero, y cuatro enfermeros. Sabemos que el cirujano nombrado es Felipe Caycedo, perteneciente al navío Astuto. El sangrador es Pedro Leataud y los enfermeros son marineros de la clase de grumetes, nombrados entre las dotaciones de los navíos anclados en puerto. En 1777 se autoriza la compra de una casa de Montevideo para ser utilizada como Hospital de Marina. En 1785, ocho años después, queda abandonado este nuevo centro, siendo atendidos los marinos en el Hospital Militar del Ejército, mediante pago mensual de sus estancias.
En las islas Malvinas, la Armada contó con una enfermería naval, la cual pudo estar en el puerto de la Soledad. Se conoce la presencia de un hospital militar, edificado en 1770 para atender al personal de la guarnición. Diez años más tarde, este centro sanitario fue destruido, junto a los demás edificios, al ser abandonada la zona..
La Orden de San Juan de Dios en Argentina y su conexión con la Armada.
El obispo de Tucumán había aprobado la fundación juandediana en 1618. En Córdova se le entrega a la Orden el Hospital de Santa Eulalia o Santa Olaya y se le propuso unirle el Hospital de San José, de nueva construcción, pero este hecho no se llevó a cabo. El antiguo Hospital de San Martín de Buenos Aires, con 109 varas de frente y 88 de fondo, en 1635 está relacionado con la Orden de San Juan de Dios. La cesión del centro llevaba consigo la creación de la cofradía del Espíritu Santo y Santa María. El vicario provincial de la Orden, Fray Alonso de Benavides Cadena  había luchado para llevar a los hermanos juandedianos al Hospital. 


Plano fundacional de Buenos Aires. Jorge. E. Hardoy en Cartografía urbana colonial de América Latina y El Caribe. Grupo Editor Latinoamericano, 1991. Publicado por Benedicto Cuervo Àlvarez.



BIBLIOGRAFÍA.
Clavijo y Clavijo, S. La trayectoria hospitalaria de la Armada española. Editorial Naval. Madrid, 1944
Clavijo y Clavijo, S. La Orden de San Juan de Dios en la Marina de Guerra de España. Presencia y Nexo. IV Centenario de la muerte del Santo Fundador. 1550-1950. NIHIL OBSTAT. Madrid, 1950
CUERVO ÁLVAREZ, B. "Hospital de San Martín: el primer hospital de Argentina".
www.otromundoesposible.net
GRACIA RIVAS, M. La Sanidad Naval española. Historia y evolución. E. N. Bazán. Barcelona, 1995.


lunes, 21 de enero de 2019

ASISTENCIA HOSPITALARIA DE LA ARMADA ESPAÑOLA EN EL VIRREINATO DEL PERÚ.


En Guayaquil se había construido un astillero con el fin de apoyar a las costas del mar del sur, el cual quedaría situado entre Perú y Tierra Firme. A mediados del siglo XVII adquirió una gran importancia y la hospitalización de la Armada en este lugar estuvo encomendada a la Orden de San Juan de Dios. No obstante, en el año 1749 el hospital de la ciudad había sido entregado a la hermandad hospitalaria de Betlén o “Hermandad de los terceros”. En 1789 habrá un hospital de San Juan de Dios.
En el año 1583 se había iniciado un apostadero en el Callao, mientras que tanto en el puerto como en la capital del Perú, había aparecido una actividad hospitalaria por parte de la Orden Juandediana. En el Callao se había establecido un hospital en la casa de un vecino llamado Pablo de Estrada y este centro se puso bajo la advocación de Nuestra Señora de Covadonga, y llegó a disponer de unas 70 camas. Sirvieron en este centro doce religiosos y dos sacerdotes de la Orden. Sirvió de refugio a soldados de tierra y mar, y permaneció hasta 1640
En Lima, en el año 1573, se creó el Hospital del Espíritu Santo con el fin de atender a los marineros que llegaban al puerto del Callao. En 1746 se produce un terremoto, en el mes de octubre, destruyéndose gran parte de Lima y quedando arrasado el Callao. Ahora, todo el esfuerzo quedará centrado en la reconstrucción de las dos ciudades. Se habla de la existencia de un hospital naval, en 1801, en el Fuerte de San Felipe, en el mismo puerto del Callao, el cual contaba de ocho salas.
Entre los años de 1761 a 1776 se experimenta una ayuda considerable a la expansión marítima, lo cual conlleva a la construcción de torreones, casamatas, cuarteles y fortalezas. De este modo, se crea el “Hospital para marineros”, en Bellavista. En realidad van a funcionar en el virreinato dos hospitales navales; el centro creado y el Hospital del Espíritu Santo. Además; en Lima funcionaban otros centros hospitalarios como, los hospitales de San Andrés, San Diego (regido por la Orden de San Juan de Dios), de San Pedro para sacerdotes pobres, de San Bartolomé para negros, de San Lázaro para asilo de dementes y epilépticos, de Santa Ana para indios, de San Cosme y San Damián para civiles españoles. También existían varias casas para huérfanos incurables, regidas por los betlemitas.
La Orden de San Juan de Dios que había conseguido levantar el citado Hospital de San Diego, en 1606, consigue también el Hospital de Nuestra Señora de Covadonga, en el Callao. No obstante, este último centro asistencial tuvo que ser sacrificado, entre 1640 y 1642, debido a la creación de una amplia fortificación.   
Los hospitales navales se mantenían a expensas de limosnas recaudadas por la gente de mar. En el año 1801 es solicitado el nombramiento de un ayudante director como jefe de sanidad del Apostadero del Callao. Dicho nombramiento recaerá en el profesor médico Pedro Belomo del Cuerpo de Sanidad de la Armada, el cual graduado en el empleo de ayudante para embarco, pertenecía al Departamento Marítimo de Cádiz.



Estado actual de América del Sur. Editorial Planeta-De Agostini. Atlas Mundial. Barcelona, 1988.


 BIBLIOGRAFÍA.
Clavijo y Clavijo, S. La trayectoria hospitalaria de la Armada española. Editorial Naval. Madrid, 1944
Clavijo y Clavijo, S. La Orden de San Juan de Dios en la Marina de Guerra de España. Presencia y Nexo. IV Centenario de la muerte del Santo Fundador. 1550-1950. NIHIL OBSTAT. Madrid, 1950.
Gracia Rivas, M. La Sanidad Naval española. Historia y evolución. E. N. Bazán. Barcelona, 1995.

BIBLIOTECA VIRTUAL DE DEFENSA. Estado General de la Real Armda. Año de 1801. Cuerpo de Medicina y Cirugía.

lunes, 14 de enero de 2019

ASISTENCIA HOSPITALARIA DE LA ARMADA ESPAÑOLA EN EL GOLFO DE MÉXICO Y MAR CARIBE.


En el siglo XVII, España consigue una gran expansión marítima apoyada por su astillero y arsenal en La Habana. Los hospitales de este lugar acogen al personal que opera en las aguas del golfo de México y mar Caribe. Veracruz y Cartagena de Indias constituyen dos lugares estratégicos, donde se reúnen gran parte del personal de marina, y pronto surgirá la necesidad de contar con un centro sanitario para la atención hospitalaria de dicho personal, pues la hospitalización se venía realizando en los propios buques, y a veces en hospitales pertenecientes a la Orden de San Juan de Dios.
Portobelo, a 70 Km. del  noroeste de Panamá, formaba un lugar estratégico para el tráfico comercial y llegaban con gran frecuencia galeones para cargar y descargar mercancías. La Armada utilizó en este sitio un hospital al que llamó de San Sebastián, el cual fue fundado el 10 de junio de 1629, y estaba construido con piedras y maderas. Llegan siete religiosos de la Orden de San Juan de Dios bajo la dirección de Fray Andrés de Hermosilla y consiguen para el Hospital 30 camas, las cuales quedarán distribuidas de la siguiente manera: 18 para enfermos pasajeros y 12 para soldados de la guarnición. Fue considerado como hospital militar y tuvo una asignación de 2.500 pesos. Correspondía al periodo de "feria a feria", con la llegada de galeones y flotas, también conocido como "tiempo de Armada", y era preciso habilitar camas, llegando a veces a la centena. Al Hospital acudían los cirujanos de la Armada, embarcados. Más tarde, el cirujano mayor de la Armada Pedro Virgili, propone llevar a cabo las hospitalizaciones en unos de los castillos del puerto. Dicha propuesta se hará al intendente general de Marina, refiriéndose a la situación sanitaria en los puertos hispano-americanos. En 1751 los castillos existentes eran: Al Norte, el fuerte de San Felipe. Al Sur, el castillo de Santiago de la Gloría. Al fondo de la bahía, los fuertes de San Jerónimo y de San Cristóbal. No obstante, esta propuesta no llegó a hacerse realidad, debido a que las principales actividades navales pasaron a la isla de Cuba, y  ya a mediados del siglo XVIII, y a finales del siglo XIX había una estación naval con un segundo practicante destinado o comisionado en su enfermería.
En Campeche, en el golfo de México, la Orden de San Juan de Dios, en el año 1635, fundó un hospital bajo la advocación de Nuestra Señora de los Remedios, situado en la villa de San Francisco. Este hospital acogerá a españoles, tanto civiles como militares del Ejército y Armada.
Fray Christóbal Muñoz, prior del primer convento-hospital de la Nueva Andalucía, en el norte de Colombia, se había dirigido a Méjico acompañado por Fray Bruno de Ávila, Fray Juan de Segura, Fray Gónzalo de San Esteban y Fray Juan Leonardo. Se fundó el Hospital del Espíritu Santo y la Orden comienza a extenderse por todo el territorio mejicano. Fray Bartolomé de la Villa, con varios hermanos, llega al puerto de San Francisco de Campeche, en 1635, y es cuando la Orden se hace cargo del Hospital de Nuestra Señora de los Remedios. El centro sufrirá diversos ataques navales por parte de holandeses e ingleses. Se estableció que los navíos que llegaran a puerto, pagaran un tributo asistencial para poder ingresar a soldados y marineros.     
En Panamá, en 1545 hubo un hospital castrense de carácter provisional y en el año 1575 se construye un hospital al que se le dará el nombre de San Sebastián, el cual en sus comienzos es de carácter civil. No obstante, la Orden de San Juan de Dios tomará posesión del centro en 1620, y en el se atenderá a personal de la Marina. El administrador es Fray Fabián Díaz En el año 1671, el centro hospitalario sufre las consecuencias de un aparatoso incendio y la orden juandediana se hace con un nuevo hospital, en 1673, al que llamará de San Juan de Dios, a cuyo frente está el Padre Fray Antonio Cabeça de Vaca, una vez reconstruido en 1688, llegando a tener 150 camas y cuenta con la asistencia de veinte religiosos. En 1703 le sucederá el Hospital de Santo Tomas, y en el año 1740 se levantará un hospital con carácter de provisional en Colón, en la costa caribeña, y con el fin de atender al numeroso personal perteneciente a la Escuadra que había llegado al lugar partiendo del puerto de Cádiz, pero al no contarse con suficiente personal médico hubo que recurrir a facultativos locales. No obstante, hay noticias de que el Hospital de San Juan de Dios, en 1777, con un régimen asistencial de cinco años, había atendido a 3.736 soldados, atendiendo a las dotaciones de los buques fondeados. También eran atendidos los pobres, presidiarios, negros y esclavos particulares.Es reasaltada la figura el enfermero mayor Fray Fabián Díaz.   
En Veracruz, en el golfo de México, el hospital local de San Juan de Dios será el encargado de atender al personal de la Armada. Sin embargo, hay noticias de que en el año 1749 fue creado un hospital naval con el propósito de atender a los enfermos del navío La Reina, el cual había llegado al puerto al mando del conde de la Gomera. Este se opuso a que sus marinos fueran atendidos en el Hospital de San Juan de Montesclaros, donde eran atendidos los militares del Ejército y de la Armada, solicitando al virrey un terreno para edificar un hospital provisional hecho de madera. Desde 1731 se habla del estado precario del Hospital Real de San Juan de Montes Claros, como lo demuestra el escrito dirigido al ministro Patiño, por parte del capellán Alonso Melchor del Canto, refiriéndose a la poca capacidad asistencial del centro, por su reducido espacio. Se pensó en utilizar el convento de San Agustín, mediante la instalación de una amplia enfermería. Al Hospital de Montes Claros se le había asignado 100 pesos anuales, cantidad que deberían pagar los bajeles que arribaban al puerto. Pero dicho puerto perdió importancia. En 1751, Pedro Virgili comunica al Intendente General de Marina en Cádiz, que en 1735, en Veracruz había sido preciso sacar a los enfermos del Hospital y trasladarlos a las enfermerías de los navíos para ser mejor atendidos. En 1752 se propone como hospital la Casa de la Contaduría y los almacenes de Barlovento. En 1758 contínua el problema hospitalario y se da conocimiento de ello al jefe de escuadra D. Joaquín Manuel de Villena de que los enfermos no caben en el Hospital de San Juan de Dios  y que aquellos pertenecientes a los navíos Fernando y Europa, hubo que hospitalizarlos en un centro provisional, entre el 16 de febrero y el 15 de noviembre del siguiente año.  
En Cartagena de Indias, en 1595, la Orden de San Juan de Dios había obtenido el permiso para crear un hospital y al siguiente año de 1596 es cuando comienza a funcionar el nuevo centro que se llamará de San Sebastián, contando con un total de 50 camas, pero al poco tiempo estas se duplicarán, debido a las constantes demandas. El hospital atenderá a enfermos pobres ordinarios y a los soldados de la ciudad. Más tarde, esta misma Orden fundará un nuevo hospital, llamado del Espíritu Santo, el cual en el año 1613 se unirá al primero y formará un verdadero refugio para los militares de Ejército y Armada. No obstante, en 1739 se había creado un hospital naval propio en la casa llamada de la Obra Pía, debido a las continuas quejas por parte de los enfermos pertenecientes a la Armada, descontentos con su atención hospitalaria. Durante el ataque del almirante inglés Vernon y la defensa hecha por el almirante español Blas de Lezo, este centro prestará extraordinarios servicios. Duró el hospital escaso tiempo. En 1779 se va a llevar a cabo una contrata, firmada entre la Orden de San Juan de Dios y la Intendencia del Ejército, con el fin de atender a la tropa de tierra. No obstante, el personal de Armada sigue siendo atendido en el centro hospitalario, pero con la particularidad de que el precio que hay que pagar por estancias es mayor que para el Ejército, al no haber contrata. Este hecho provoca una queja por parte de la administración de Armada.
La Intendencia de Armada trata ahora de hacer un contrato con el Hospital. Había de tener en cuenta de que el Ejército pagaba 50 pesos mensuales en concepto de gastos de medicinas, 17 por cada soldado fallecido, 25 como gratificación al protomédico, 12 por cada uno de los dos cirujanos del centro, y además cedía ocho soldados cualificados en el ejercicio de practicantes. Aún así, lejos de presentar un beneficio al hospital, constituía un gravamen. En 1779 la Marina ha llegado a un acuerdo con el Padre Prior Fray Josef María Conrado, firmandose una contrata el día 20 de diciembre de dicho año. 




México y su golfo. Geografía Universal Salvat. Vol. 7. p. 146. Salvat Editores, 2001.

 BIBLIOGRAFÍA
Clavijo y Clavijo, S. La trayectoria hospitalaria de la Armada española. Editorial Naval. Madrid, 1944
Clavijo y Clavijo, S. La Orden de San Juan de Dios en la Marina de Guerra de España. Presencia y Nexo. IV Centenario de la muerte del Santo Fundador. 1550-1950. NIHIL OBSTAT. Madrid, 1950
Gracia Rivas, M. La Sanidad Naval española. Historia y evolución. E. N. Bazán. Barcelona, 1995.



      

lunes, 7 de enero de 2019

SANIDAD DE ARMADA EN PUERTO RICO Y AMÉRICA DEL NORTE.


Puerto Rico.
Desde 1615 existía un hospitalillo, arrimado a la muralla, llamado de Nuestra Señora de la Concepción, pero quedaba muy pegado a los muros y a la casa del gobernador y por ello dificultaba enormemente la defensa de la plaza. Por este motivo, el obispo Jiménez Pérez se encargará de la construcción de un nuevo centro hospitalario por el año de 1774, el cual se acaba en 1782 y tomará el nombre de Hospital de la Caridad.
En la guerra frente a Inglaterra de 1796 se echa en falta la existencia de un hospital militar y el Hospital de la Caridad atenderá a la guarnición, contando con 500 camas. En 1805 ha quedado constituido en Hospital militar y civil y cuenta con dos administradores, uno para cada estamento.
Apostadero de San Blas de California.
Entre los años 1529 a 1531, la colonización de la región corre a cargo de Nuño Beltrán de Guzmán, a quien se atribuye la fundación del puerto de San Blas, situado en la costa de la California, bañada por el Océano Pacífico.
Carlos III, en el año 1768, dispone que dicho puerto sirva de aprovisionamientos y reparaciones a los buques destinados en California y Sonora. La zona aumenta en importancia y se construyen importantes edificios como la Contaduría y la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, conocida también esta Virgen como “La Marinera”.
San Blas necesita ahora un hospital que pueda atender a soldados y marineros, y también a frailes misioneros y paisanos. En 1770 comienza a funcionar un centro hospitalario en un edificio de una sola planta y con 20 camas, siendo atendido por tren cirujanos.
En los años sucesivos el hospital crece y en 1795 cuenta con 100 camas, además de una botica destinada  a cubrir las necesidades del centro y a surtir de medicinas la región. El trabajo se ajustaba a un horario estricto. De este modo, a las 6 de la mañana comenzaba la visita a los enfermos y desde las 8 a las 10 se hacían las curas de enfermería. De 11 a 13 horas se volvía a visitar a los enfermos, y por la tarde se repetían las curas. No se sabe bien si los cirujanos de este hospital estaban disponibles para embarcar en las distintas unidades navales o bien eran los médicos embarcados quienes acudían a reforzar una escasa plantilla hospitalaria. Esta última hipótesis quedaría avalada por el hecho de que en los escalafones de principios del siglo XIX, aparecen destinados en el Apostadero solo dos segundos profesores médicos-cirujanos, no haciéndose referencia alguna a la plantilla del Hospital.
En el centro también eran atendidos los familiares de los militares del Ejército y de la Marina. Como hecho curioso hemos de añadir que en este hospital fue atendido el misionero fray Junípero Serra, quien falleció a consecuencia de úlceras infectadas por un micopalasma, al parecer.  El cirujano que le proporcionó sus auxilios fue Juan García Goya quien podría provenir de la zona de Cartagena de Levante, según escalafón de 1786.
Hay noticias de que este centro funcionaba aún en el año 1813.


Costa del Océano Pacífico con la península y golfo de California. Geografía Universal Salvat. Vol. 7, p.6. Salvat Editores, 2001.



BIBLIOGRAFÍA.
Clavijo y Clavijo, S. La trayectoria hospitalaria de la Armada española. Editorial Naval. Madrid, 1944

BIBLIOTECA VIRTUAL DE DEFENSA. Estado general de la Armada. Cuerpo de Medicina y Cirugía. 1786.

WIKIPEDIA. “San Blas”(Nayarit)”.wikipedia.org/wiki. 20 de noviembre de 2018.      

martes, 1 de enero de 2019

CIRCUNCISIÓN DE JESÚS.


 Cuenta el Génesis que Dios ordenó a Abrahán: Este es mi pacto que guardaréis entre mí y vosotros y entre la descendencia después de ti: circuncidad todo varón, circuncidad la carne de vuestro prepucio y ésta será la señal de mi pacto entre mí y vosotros.
 En el octavo día del nacimiento, por la mañana, en la casa de los padres o en la sinagoga; El mohel cortaba con un cuchillo de sílex la piel del prepucio, arrancaba la membrana, secaba el acceso de sangre, y después cubría la herida con un ungüento fabricado con vino, aceite y comino.
El mohel pronuncia las siguientes palabras: Alabado sea el que nos santificó por sus mandamientos y nos ordenó la circuncisión.
El padre del niño responde: Alabado sea el que nos santificó con sus mandamientos y nos ordenó introducir a este hijo en la alianza de nuestro padre Abrahán.
Los asistentes responden: Como él entró en la alianza, así puede también entrar en la ley.
Pero; el lugar donde se llevó a cabo la ceremonia lo desconocemos y nos haríamos la siguiente pregunta: ¿se hizo en el portal o en la sinagoga del lugar? Muchos piensan que el portal no era un sitio digno y colocan el acto en la sinagoga o en el templo.
Había otros factores: María y José eran desconocidos en Belén, no contaban por lo tanto con diez amigos que hicieran de testigos, según la ley. Los pastores se habrían ido ya. Es muy poco probable que José tuviera los instrumentos necesarios, así como el material para preparar los ungüentos. Por todo ello, lo más seguro es que la circuncisión de Jesús se llevara a cabo en una sinagoga.   


Natividad. De un original pintado por José Luis Mora Espinosa. Pintor con la boca. Asociación de Pintores con la Boca y con el Pie.



Circuncisión de Jesús. Obra de Diego de Aguilar. Siglo XVI. Iglesia de San Millán de Segovia.

BIBLIOGRAFÍA.

MARTÍN DESCALZO, J.L. Vida y misterio de Jesús de Nazaret. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1998.