En Guayaquil se había construido
un astillero con el fin de apoyar a las costas del mar del sur, el cual
quedaría situado entre Perú y Tierra Firme. A mediados del siglo XVII adquirió
una gran importancia y la hospitalización de la Armada en este lugar estuvo
encomendada a la Orden de San Juan de Dios. No obstante, en el año 1749 el
hospital de la ciudad había sido entregado a la hermandad hospitalaria de
Betlén o “Hermandad de los terceros”. En 1789 habrá un hospital de San Juan de
Dios.
En el año 1583 se había iniciado
un apostadero en el Callao, mientras que tanto en el puerto como en la capital
del Perú, había aparecido una actividad hospitalaria por parte de la Orden
Juandediana. En el Callao se había establecido un hospital en la casa de un
vecino llamado Pablo de Estrada y este centro se puso bajo la advocación de
Nuestra Señora de Covadonga, y llegó a disponer de unas 70 camas. Sirvieron en
este centro doce religiosos y dos sacerdotes de la Orden. Sirvió de refugio a
soldados de tierra y mar, y permaneció hasta 1640
En Lima, en el año 1573, se creó
el Hospital del Espíritu Santo con el fin de atender a los marineros que
llegaban al puerto del Callao. En 1746 se produce un terremoto, en el mes de
octubre, destruyéndose gran parte de Lima y quedando arrasado el Callao. Ahora,
todo el esfuerzo quedará centrado en la reconstrucción de las dos ciudades. Se
habla de la existencia de un hospital naval, en 1801, en el Fuerte de San
Felipe, en el mismo puerto del Callao, el cual contaba de ocho salas.
Entre los años de 1761 a 1776 se
experimenta una ayuda considerable a la expansión marítima, lo cual conlleva a
la construcción de torreones, casamatas, cuarteles y fortalezas. De este modo,
se crea el “Hospital para marineros”, en Bellavista. En realidad van a
funcionar en el virreinato dos hospitales navales; el centro creado y el
Hospital del Espíritu Santo. Además; en Lima funcionaban otros centros
hospitalarios como, los hospitales de San Andrés, San Diego (regido por la
Orden de San Juan de Dios), de San Pedro para sacerdotes pobres, de San
Bartolomé para negros, de San Lázaro para asilo de dementes y epilépticos, de
Santa Ana para indios, de San Cosme y San Damián para civiles españoles. También
existían varias casas para huérfanos incurables, regidas por los betlemitas.
La Orden de San Juan de Dios que había conseguido levantar el citado Hospital de San Diego, en 1606, consigue también el Hospital de Nuestra Señora de Covadonga, en el Callao. No obstante, este último centro asistencial tuvo que ser sacrificado, entre 1640 y 1642, debido a la creación de una amplia fortificación.
La Orden de San Juan de Dios que había conseguido levantar el citado Hospital de San Diego, en 1606, consigue también el Hospital de Nuestra Señora de Covadonga, en el Callao. No obstante, este último centro asistencial tuvo que ser sacrificado, entre 1640 y 1642, debido a la creación de una amplia fortificación.
Los hospitales navales se
mantenían a expensas de limosnas recaudadas por la gente de mar. En el año 1801 es solicitado el
nombramiento de un ayudante director como jefe de sanidad del Apostadero del
Callao. Dicho nombramiento recaerá en el profesor médico Pedro Belomo del Cuerpo de
Sanidad de la Armada, el cual graduado en el empleo de ayudante para embarco, pertenecía al Departamento Marítimo de Cádiz.
BIBLIOGRAFÍA.
Clavijo y Clavijo, S. La
trayectoria hospitalaria de la Armada española. Editorial Naval. Madrid,
1944
Clavijo y Clavijo, S. La Orden de
San Juan de Dios en la Marina de Guerra de España. Presencia y Nexo. IV
Centenario de la muerte del Santo Fundador. 1550-1950. NIHIL OBSTAT. Madrid,
1950.
Gracia Rivas, M. La Sanidad
Naval española. Historia y evolución. E. N. Bazán. Barcelona, 1995.
BIBLIOTECA VIRTUAL DE DEFENSA. Estado General de la Real Armda. Año de 1801. Cuerpo de Medicina y Cirugía.
BIBLIOTECA VIRTUAL DE DEFENSA. Estado General de la Real Armda. Año de 1801. Cuerpo de Medicina y Cirugía.
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