Patria es una palabra de origen latino que significa familia o clan y
constituye la tierra natal o adoptiva con la que el individuo se siente ligado
por diversos vínculos; bien de tipos afectivos, culturales o históricos. El
sentimiento que vincula a este individuo con su patria se llama patriotismo.
Además, suele existir una adhesión a la localidad en que se ha nacido y se le
conoce como “patria chica”.
En España; los primeros pueblos que la habitaron fueron los iberos y
celtas. Más tarde, llegarían los fenicios, griegos y cartagineses. Con la
conquista de la tierra por parte de los romanos, estos imponen una unidad de
tierras y el establecimiento de sus leyes. Según la tradición, desembarcó el
apóstol Santiago en estas tierras para predicar el Evangelio de Jesús. Es la
palabra de Dios la que une a los habitantes de la Península Ibérica bajo una
misma religión. Son muchos los mártires que derramaron su sangre por Dios y su
religión. Llegan los barbaros a nuestro suelo y se rompe durante algún tiempo
esta unidad conseguida, pero el propio Leovigildo lograría de nuevo la unidad
de las tierras mediante su Fuero que
reforzaría Recaredo con la religión cristiana. Llegan los árabes y se rompe de
nuevo la unidad. Muchos cristianos se refugian en las montañas de Asturias y de
los Pirineos, donde fundan pequeños reinos y condados. Después de siglos de
lucha, los Reyes Católicos logran la unidad de todos los territorios de España.
Los españoles se sentían seguros y olvidando sus rencillas se entregaron a la
noble tarea de engrandecer la Patria. Carlos I y Felipe II llevan a España
hasta la cima de la grandeza, extendiendo sus dominios por todo el mundo. De
aquí la frase: Tu regere ymperio fluctus,
hispane memento. Acuérdate España, que tu registe el imperio de los mares. Después
surgieron innumerables problemas que llevan a una época de decadencia, causante
de numerosos enfrentamientos internos.
Para el sentir de muchos; la Patria no es solo un territorio en el cual
hemos nacido y vivimos, con un conglomerado de personas. Ello representaría el
cuerpo o parte física, mientras que el alma estaría representada por los
valores espirituales, en los cuales es imprescindible creer.
BIBLIOGRAFÍA
ÁLVAREZ, A. Enciclopedia Álvarez. EDAF. Madrid, 2001
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