Continuación
Estado religioso de Palestina en
tiempos de Jesús
Evidentemente; el pueblo hebreo había experimentado una decadencia
política, pero en cambio la religión continuaba siendo la verdadera alma del
pueblo. Las ordenanzas que dictó Moisés, perfeccionados por los demás enviados
de Jehová, imperaban en el culto, sacerdocio, rito y costumbres del pueblo. Ya,
cuando llega el Mesías, se ha alcanzado un verdadero perfeccionamiento
religioso y moral del pueblo judío. No cabe la menor duda de que este hecho se
debe a una serie de factores, como: cautiverio de Babilonia, las enseñanzas de
los profetas Daniel y Ezequiel, y las guerras de los Macabeos frente a los
paganos. No obstante, se había tenido que reorganizar mejor el culto y el
sacerdocio, multiplicándose el número de sinagogas mientras que el Sanedrín
garantizaba el fervor religioso y la unidad de todos los judíos. Sin embargo;
el fariseísmo y la política seguida por esta institución habían alterado el
espíritu de la Ley y la verdad es que tanto los sacerdotes como los escribas
eran más intelectuales que religiosos, dándose la circunstancia de que el cargo
de Sumo Pontífice, era otorgado al mejor postor. A pesar de todo, había una
parte del pueblo, humilde y sana, en cuyo corazón latía la fuerte esperanza de
la llegada del Mesías. La ideología religiosa del pueblo judío se apoyaba en la
Revelación, fielmente guardada por los Libros Sagrados del Antiguo Testamento. Creían
en un Dios espiritual y este monoteísmo se conservaba fuertemente a pesar de
estar rodeados por un mundo politeísta e idólatra. Creían en la existencia de
numerosísimos ángeles, con grados y jerarquías. En la espiritualidad del alma,
en la libertad de las personas para elegir su conducta y en los meritos que el
hombre está capacitado para contraer. El pecado original constituía para ellos
un dogma y creían en la sanción por parte del Creador, a la que estaría
sometido el pecador al final de la vida. En la existencia de un cielo y de un
infierno. Creían firmemente en la llegada del Mesías, aunque suponían que sería
una especie de rey temporal, caudillo vengador y libertador de un pueblo
humillado por la dominación romana.
Las festividades religiosas del
pueblo judío
Neomenia
Los judíos tenían una fiesta mensual, denominada Neomenia o luna nueva, los
meses judíos eran lunares. Cada mes, era ofrecido a Jehová, cultos distintos. La
neomenia del séptimo mes que correspondería a septiembre, y correspondía al
principio del año civil, se anunciaba al son de trompetas, por eso se llamaba
también fiesta de las trompetas.
La Pascua
Era la principal fiesta de los judíos y duraba ocho días. En realidad la
duración era de siete días pero se agregaba un día más ante la duda de que por
un error de cálculo en el calendario no quedara asegurado el cumplimiento. Se
rememoraba en ella, la llegada del Ángel exterminador, cuando dio muerte a los
primogénitos de los egipcios, respetando a los de los judíos, cuando señalaron
sus casas con sangre del cordero sacrificado, en aquel destierro de Egipto. Se comía
el cordero pascual, acompañado de pan ázimo o ácimo, sin levadura, y de lechugas
amargas. El cordero debía tener un año y se asaba entero, atravesado por dos
palos. Quedaba prohibida la ingestión de alimentos derivados de cereales como
trigo, cebada, centeno, avena, y espelta, llamados en hebreo jametz, que quiere
decir fermentación. Por ello, se comía en su lugar el matzá o pan ácimo. Esta
costumbre se basaba en que el pueblo judío había tenido que emprender el camino
sin tiempo para prepararse y no había podido fabricar el pan. Solían reunirse
las familias y cuando el número era escaso se reunirían familias vecinas. Al
principio; la comida se hacía de pie, con sandalias ceñidas y báculo en mano,
como dispuesto a emprender la marcha que alejaría al pueblo judío de aquel
Egipto, de aquí el nombre de Fiesta de peregrinaje, Shalosh Regalim. Pero en
tiempos de Jesús, esta costumbre había cambiado y se comía sentados o
recostados, según usanza romana. Se bebían tres copas de vino, comenzando por
el padre de familias y se pasaba a todos los demás. Se acompañaba con el canto
de Salmos. El padre de familias era encargado de explicar a todos el
significado de esta fiesta, la cual terminaba con la bebida de la cuarta copa.
Comenzaba la Pascua el día 14 del mes de Nisán, entre marzo y abril, por la
tarde. Se celebraba en Jerusalén, adonde acudían casi todos los judíos,
llegando a veces a millón y medio la cantidad de personas congregadas en esta
ciudad. Al término de la Pascua comenzaba la recolección. También se le conocía
a esta fiesta como Fiesta de la Primavera porque marca el inicio de esta estación
y también por el Séder de Pésaj que indica la transformación que experimenta el
pueblo de Israel al transformarse en pueblo libre, dotado de una ley.
Pentecostés
Esta fiesta se celebraba cincuenta días después de la Pascua y de aquí
arranca su nombre, porque Pentecostés o PenteKosté significa quincuagésimo día.
Se hacía en memoria de la promulgación de la Ley hecha a los cincuenta días de
la salida de Egipto, en el monte Sinaí. Las gentes acudían también a Jerusalén,
aunque con menor afluencia que en la Pascua. También se aprovechaba para dar
gracias a Dios por la cosecha recogida. Duraba siete semanas y se ofrecían las
primicias de lo producido por la tierra. Se conoce también por el nombre hebreo
de Shavuot que quiere decir Fiesta de las semanas.
Fiesta de los Tabernáculos
Duraba siete días y los judíos durante este tiempo habitaban en tiendas o
tabernáculos, de aquí su nombre. Conocido en hebreo como Sucot o Sucá,
traducido también como cabañas. Estas tiendas se hacían con ramas de arboles y
se situaban fuera de sus casas, en las calles o en las afueras de la ciudad. Recordaba
con ello, la estancia del pueblo judío en el desierto. Se celebraba por los
meses de septiembre y octubre, del 15 al 22 de Tishrei, de siete días de
duración y ocho días en la diáspora judía. El ceremonial incluía numerosos
sacrificios y el derramamiento de agua
recogida en la piscina de Siloé, rememorando aquella agua brotada de la roca,
cuando Moisés la tocó con su vara. Se ponían dos grandes candelabros encendidos
para recordar la nube de fuego que les alumbró en el desierto. Constituía una
de las tres peregrinaciones en la época del Templo de Jerusalén.
Fiesta de la expiación
Yom Kipur. Se celebraba cinco días antes de la fiesta de los Tabernáculos y
en ella el Sumo Sacerdote ofrecía dos sacrificios con el objeto de pedir el
perdón de los pecados. Significaba un arrepentimiento de corazón, sincero. Un
sacrificio por él y el otro por todo el pueblo. Después ponía sus manos sobre
un macho cabrío y se le soltaba camino del desierto. Se celebra al anochecer
del noveno día del mes Tishrei y continúa hasta el anochecer del día siguiente.
Era el día más santo y solemne del año cuyo tema principal era la expiación y
reconciliación. Se prohíbe durante la celebración de esta fiesta la comida,
bebida, baño, y relaciones conyugales. El ayuno comienza en el ocaso y termina
al anochecer del día siguiente. La oración comienza en el Kol Nidre, recitada
antes de la puesta del sol, que en arameo quiere decir: todos los votos, y hace
referencia a aquellos votos hechos a Dios en el año precedente y no cumplidos.
Para las oraciones de la tarde se usa el Talit o manto cuadrangular de oración.
Culmina la fiesta cuando suena el Shofar, marcando la conclusión del ayuno.
Fiesta de la Dedicación
En hebreo Janucá. Se conmemoraba la dedicación del Templo en tiempos de
Judas Macabeo. Comenzó esta fiesta a la vuelta del desierto del pueblo de
Israel. Se encendían hogueras y luminarias y por ello era también conocida como
fiesta de las Luces o Janukáh y la duración era de ocho días, celebrada el 25
del mes de Kislev, entre noviembre-diciembre. También tiene por significado la
renovación del pueblo judío en el ejercicio de la religión, prohibida por Antíoco.
El sábado, día festivo
El Sabbat era el día señalado para
la festividad semanal del pueblo judío, pues se conmemoraba el día que descansó
el Señor después de la Creación. En realidad, la fiesta comenzaba en la tarde
del viernes y duraba hasta el mediodía del sábado cuando aparecían las tres
primeras estrellas, para dar paso a la noche. Era la costumbre judía de medir
el día. Estaba prohibido todo tipo de trabajo, incluso el guisar, y por ello la
comida tenía que prepararse el viernes, antes de la llegada de la tarde. Es el
motivo que a este día se le conociera como Parasceve que quiere decir
preparación. Esta abstención de todo tipo de trabajo como celebración de este
día festivo, se ha tomado como señal de relación entre Yavé y su pueblo. No
obstante, esta permitido la conversación, lectura y relaciones conyugales. Otro
mandamiento es el encendido de velas el viernes por la tarde, antes de iniciar
el sábado. Como mínimo hay que encender dos velas. Se suele comer pescado y
carne y se ha dejado la comida caliente antes de iniciarse el sábado. Hoy en
día, se suelen hacer tres comidas; a las dos comidas fuertes se la añade una
comida ligera, llamada Seudá Shelishit o tercera comida. Es costumbre cantar
canciones en las comidas, llamadas zemirot y usar ropa limpia, especialmente
prendas blancas. En el sábado se asistía a la Sinagoga para
celebrar los cultos.
Distribución del día religioso
A efectos de esta vida religiosa, los judíos distribuían el día en cuatro
porciones iguales: Hora de prima que comprendía desde la salida del sol hasta
las nueve de la mañana. Hora de tercia, desde las nueve hasta las doce. Hora de
sexta, desde las doce hasta las tres de la tarde. Hora de nona, desde las tres
hasta la puesta del sol. La noche también era distribuida en cuatro partes:
primera, segunda, tercera y cuarta vigilias.
BIBLIOGRAFÍA
JANUKAH. LA FISETA DE LAS LUCES.www.shalomjesus.com
ZAHONERO VIVO, J. MARTIN PENALBA, M.
A. Elementos de Religión. Jesucristo según el Antiguo Testamento y
según los Evangelios. Editorial Marfil. Alcoy, 1954
WIKIPEDIA.www.wikipedia.org/wiki
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