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sábado, 20 de febrero de 2016

La Palestina de Jesús



 Continuación

 Estado religioso de Palestina en tiempos de Jesús

Evidentemente; el pueblo hebreo había experimentado una decadencia política, pero en cambio la religión continuaba siendo la verdadera alma del pueblo. Las ordenanzas que dictó Moisés, perfeccionados por los demás enviados de Jehová, imperaban en el culto, sacerdocio, rito y costumbres del pueblo. Ya, cuando llega el Mesías, se ha alcanzado un verdadero perfeccionamiento religioso y moral del pueblo judío. No cabe la menor duda de que este hecho se debe a una serie de factores, como: cautiverio de Babilonia, las enseñanzas de los profetas Daniel y Ezequiel, y las guerras de los Macabeos frente a los paganos. No obstante, se había tenido que reorganizar mejor el culto y el sacerdocio, multiplicándose el número de sinagogas mientras que el Sanedrín garantizaba el fervor religioso y la unidad de todos los judíos. Sin embargo; el fariseísmo y la política seguida por esta institución habían alterado el espíritu de la Ley y la verdad es que tanto los sacerdotes como los escribas eran más intelectuales que religiosos, dándose la circunstancia de que el cargo de Sumo Pontífice, era otorgado al mejor postor. A pesar de todo, había una parte del pueblo, humilde y sana, en cuyo corazón latía la fuerte esperanza de la llegada del Mesías. La ideología religiosa del pueblo judío se apoyaba en la Revelación, fielmente guardada por los Libros Sagrados del Antiguo Testamento. Creían en un Dios espiritual y este monoteísmo se conservaba fuertemente a pesar de estar rodeados por un mundo politeísta e idólatra. Creían en la existencia de numerosísimos ángeles, con grados y jerarquías. En la espiritualidad del alma, en la libertad de las personas para elegir su conducta y en los meritos que el hombre está capacitado para contraer. El pecado original constituía para ellos un dogma y creían en la sanción por parte del Creador, a la que estaría sometido el pecador al final de la vida. En la existencia de un cielo y de un infierno. Creían firmemente en la llegada del Mesías, aunque suponían que sería una especie de rey temporal, caudillo vengador y libertador de un pueblo humillado por la dominación romana.

Las festividades religiosas del pueblo judío

Neomenia
Los judíos tenían una fiesta mensual, denominada Neomenia o luna nueva, los meses judíos eran lunares. Cada mes, era ofrecido a Jehová, cultos distintos. La neomenia del séptimo mes que correspondería a septiembre, y correspondía al principio del año civil, se anunciaba al son de trompetas, por eso se llamaba también fiesta de las trompetas.

La Pascua
Era la principal fiesta de los judíos y duraba ocho días. En realidad la duración era de siete días pero se agregaba un día más ante la duda de que por un error de cálculo en el calendario no quedara asegurado el cumplimiento. Se rememoraba en ella, la llegada del Ángel exterminador, cuando dio muerte a los primogénitos de los egipcios, respetando a los de los judíos, cuando señalaron sus casas con sangre del cordero sacrificado, en aquel destierro de Egipto. Se comía el cordero pascual, acompañado de pan ázimo o ácimo, sin levadura, y de lechugas amargas. El cordero debía tener un año y se asaba entero, atravesado por dos palos. Quedaba prohibida la ingestión de alimentos derivados de cereales como trigo, cebada, centeno, avena, y espelta, llamados en hebreo jametz, que quiere decir fermentación. Por ello, se comía en su lugar el matzá o pan ácimo. Esta costumbre se basaba en que el pueblo judío había tenido que emprender el camino sin tiempo para prepararse y no había podido fabricar el pan. Solían reunirse las familias y cuando el número era escaso se reunirían familias vecinas. Al principio; la comida se hacía de pie, con sandalias ceñidas y báculo en mano, como dispuesto a emprender la marcha que alejaría al pueblo judío de aquel Egipto, de aquí el nombre de Fiesta de peregrinaje, Shalosh Regalim. Pero en tiempos de Jesús, esta costumbre había cambiado y se comía sentados o recostados, según usanza romana. Se bebían tres copas de vino, comenzando por el padre de familias y se pasaba a todos los demás. Se acompañaba con el canto de Salmos. El padre de familias era encargado de explicar a todos el significado de esta fiesta, la cual terminaba con la bebida de la cuarta copa. Comenzaba la Pascua el día 14 del mes de Nisán, entre marzo y abril, por la tarde. Se celebraba en Jerusalén, adonde acudían casi todos los judíos, llegando a veces a millón y medio la cantidad de personas congregadas en esta ciudad. Al término de la Pascua comenzaba la recolección. También se le conocía a esta fiesta como Fiesta de la Primavera porque marca el inicio de esta estación y también por el Séder de Pésaj que indica la transformación que experimenta el pueblo de Israel al transformarse en pueblo libre, dotado de una ley.

Pentecostés
Esta fiesta se celebraba cincuenta días después de la Pascua y de aquí arranca su nombre, porque Pentecostés o PenteKosté significa quincuagésimo día. Se hacía en memoria de la promulgación de la Ley hecha a los cincuenta días de la salida de Egipto, en el monte Sinaí. Las gentes acudían también a Jerusalén, aunque con menor afluencia que en la Pascua. También se aprovechaba para dar gracias a Dios por la cosecha recogida. Duraba siete semanas y se ofrecían las primicias de lo producido por la tierra. Se conoce también por el nombre hebreo de Shavuot que quiere decir Fiesta de las semanas.

Fiesta de los Tabernáculos
Duraba siete días y los judíos durante este tiempo habitaban en tiendas o tabernáculos, de aquí su nombre. Conocido en hebreo como Sucot o Sucá, traducido también como cabañas. Estas tiendas se hacían con ramas de arboles y se situaban fuera de sus casas, en las calles o en las afueras de la ciudad. Recordaba con ello, la estancia del pueblo judío en el desierto. Se celebraba por los meses de septiembre y octubre, del 15 al 22 de Tishrei, de siete días de duración y ocho días en la diáspora judía. El ceremonial incluía numerosos sacrificios  y el derramamiento de agua recogida en la piscina de Siloé, rememorando aquella agua brotada de la roca, cuando Moisés la tocó con su vara. Se ponían dos grandes candelabros encendidos para recordar la nube de fuego que les alumbró en el desierto. Constituía una de las tres peregrinaciones en la época del Templo de Jerusalén.

Fiesta de la expiación
Yom Kipur. Se celebraba cinco días antes de la fiesta de los Tabernáculos y en ella el Sumo Sacerdote ofrecía dos sacrificios con el objeto de pedir el perdón de los pecados. Significaba un arrepentimiento de corazón, sincero. Un sacrificio por él y el otro por todo el pueblo. Después ponía sus manos sobre un macho cabrío y se le soltaba camino del desierto. Se celebra al anochecer del noveno día del mes Tishrei y continúa hasta el anochecer del día siguiente. Era el día más santo y solemne del año cuyo tema principal era la expiación y reconciliación. Se prohíbe durante la celebración de esta fiesta la comida, bebida, baño, y relaciones conyugales. El ayuno comienza en el ocaso y termina al anochecer del día siguiente. La oración comienza en el Kol Nidre, recitada antes de la puesta del sol, que en arameo quiere decir: todos los votos, y hace referencia a aquellos votos hechos a Dios en el año precedente y no cumplidos. Para las oraciones de la tarde se usa el Talit o manto cuadrangular de oración. Culmina la fiesta cuando suena el Shofar, marcando la conclusión del ayuno.

Fiesta de la Dedicación
En hebreo Janucá. Se conmemoraba la dedicación del Templo en tiempos de Judas Macabeo. Comenzó esta fiesta a la vuelta del desierto del pueblo de Israel. Se encendían hogueras y luminarias y por ello era también conocida como fiesta de las Luces o Janukáh y la duración era de ocho días, celebrada el 25 del mes de Kislev, entre noviembre-diciembre. También tiene por significado la renovación del pueblo judío en el ejercicio de la religión, prohibida por Antíoco.

El sábado, día festivo
El Sabbat era el día señalado para la festividad semanal del pueblo judío, pues se conmemoraba el día que descansó el Señor después de la Creación. En realidad, la fiesta comenzaba en la tarde del viernes y duraba hasta el mediodía del sábado cuando aparecían las tres primeras estrellas, para dar paso a la noche. Era la costumbre judía de medir el día. Estaba prohibido todo tipo de trabajo, incluso el guisar, y por ello la comida tenía que prepararse el viernes, antes de la llegada de la tarde. Es el motivo que a este día se le conociera como Parasceve que quiere decir preparación. Esta abstención de todo tipo de trabajo como celebración de este día festivo, se ha tomado como señal de relación entre Yavé y su pueblo. No obstante, esta permitido la conversación, lectura y relaciones conyugales. Otro mandamiento es el encendido de velas el viernes por la tarde, antes de iniciar el sábado. Como mínimo hay que encender dos velas. Se suele comer pescado y carne y se ha dejado la comida caliente antes de iniciarse el sábado. Hoy en día, se suelen hacer tres comidas; a las dos comidas fuertes se la añade una comida ligera, llamada Seudá Shelishit o tercera comida. Es costumbre cantar canciones en las comidas, llamadas zemirot y usar ropa limpia, especialmente prendas blancas.   En el sábado se asistía a la Sinagoga para celebrar los cultos.

Distribución del día religioso
A efectos de esta vida religiosa, los judíos distribuían el día en cuatro porciones iguales: Hora de prima que comprendía desde la salida del sol hasta las nueve de la mañana. Hora de tercia, desde las nueve hasta las doce. Hora de sexta, desde las doce hasta las tres de la tarde. Hora de nona, desde las tres hasta la puesta del sol. La noche también era distribuida en cuatro partes: primera, segunda, tercera y cuarta vigilias.

  BIBLIOGRAFÍA
  
  JANUKAH. LA FISETA DE LAS LUCES.www.shalomjesus.com
 ZAHONERO VIVO, J. MARTIN PENALBA, M. A. Elementos de Religión. Jesucristo según el Antiguo Testamento y según los Evangelios. Editorial Marfil. Alcoy, 1954
 WIKIPEDIA.www.wikipedia.org/wiki




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