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lunes, 1 de abril de 2024

PASCUA DE RESURRECCIÓN 2024

 JESÚS HA RESUCITADO


El Padre Jorge Loring, S.I: señala como la resurrección de Jesús puede ser considerada como un hecho histórico, pues como manifiesta Wolfhart Pannenberg, teólogo protestante alemán; es histórico todo suceso que puede ser colocado en unas coordenadas de espacio y tiempo. Y, el teólogo protestante francés Oscar Cullmann, de la Universidad de Basilea, dice: "La tumba vacía seguirá siendo un acontecimiento histórico".

Para el prestigioso jesuita Padre Loring, la resurrección de Jesucristo es totalmente distinta a la resurrección de Lázaro o de la del hijo de la viuda de Naín; porque estos resucitaron para volver a morir, y Cristo resucita para nunca más morir.

Después de resucitar, estuvo varios días apareciéndose a los Apóstoles,  que comieron con él y le palparon con sus propias manos. Los fantasmas no comen ni se dejan palpar. Cristo decía: Soy Yo. Tocadme y ved. Un espíritu no tiene carne y hueso, como veis que Yo tengo.

San Pedro dice: Nosotros hemos comido y bebido con Él después que resucitó de entre los muertos.

El Padre Martín Descalzo señala a Jesús resucitado como "el mismo y distinto " y afirma que su resurrección no es una simple vuelta a la vida. Analiza los hechos de la resurrección de Cristo en los siguientes términos:
 Los textos evangélicos nos enseñarán en que sentido es esta vida nueva y como es la misma vivida en una nueva dimensión, porque Cristo resucitado es el mismo y es distinto a la vez.
Si no fuese el mismo, no podríamos hablar de resurrección, porque no se trataría de Jesús y no sería reconocido por los suyos.
Si no fuese distinto, estaríamos  ante Jesús de Nazaret, pero no ante el Señor de la vida y de la muerte.
En Jesús resucitado se dan las dos circunstancias que el conocido teólogo señala como "el mismo" y también "distinto". Es el mismo y los suyos le reconocen. Dicen: es el Señor. Le distinguen por su acento, sus maneras, sus gestos. Dice Jean Guitton, filósofo y escritor católico francés: "El carácter de Jesús es el mismo. Sigue como antes, siendo discreto, respetuoso de las conciencias, lento en descubrirse, tierno con el varón y también con la mujer. Y es también firme, severo, afirmativo, casi duro. Se sigue viendo en él, como antes y más que antes, al dueño del destino, al legislador del futuro. El sigue llamando, consolando, realizando milagros que no son simples prodigios, sino hechos llenos de significación. Sigue siendo el amigo de todos pero tiene también, como antes, amigos privilegiados. Sigue adoptando las mismas actitudes como la de levantar los ojos antes de romper el pan. Y todo esto nos lleva a la conclusión de que Jesús postpascual vive una existencia movida, variada, adaptada a las circunstancias..."
No obstante, encontramos en el Resucitado algunas características muy nuevas y Jesús será ahora alguien fuera de este mundo. Alguien que domina el mundo y no está envuelto por el cosmos, sino que es Él quien envuelve el cosmos.
Por este motivo, el Resucitado es difícil de reconocer y los testigos tienen ante Él, una impresión extraña. Se han encontrado con alguien al que conocen, pero que es al mismo tiempo un intruso, como una especie de pasajero clandestino que ha aparecido viniendo de otra realidad. Se diría que el mismo Jesús trata de acentuar este aspecto, pues se presenta con diversos "disfraces"; como jardinero, como viajero, o de joven desconocido que se pasea por la orilla del lago.
Cuando se desvela, lo hace en una especie de gesto litúrgico, sacramental, como si quisiera indicar que su existencia es ahora otra y especialmente sagrada.
Aparece como alguien que ha traspasado el tiempo y el espacio. Conoce todo sobre el futuro y el pasado, y atraviesa real o espiritualmente puertas y paredes. Los evangelistas pintan a Jesús resucitado como alguien que, al mismo tiempo, perteneciera a la historia y la superara. Jesús aparece en los relatos como totalmente humano y totalmente superior a la humanidad. 
La fe pascual de los primeros cristianos insiste en la visión entre muerte y resurrección. Según el teólogo jesuita español José Ignacio González Faus: El nuevo testamento no concibe a un Jesús que muere "como el que se va" y resucita "como el que regresa". Muerte y resurrección no son dos movimientos contrarios, sino dos polos que definen un mismo movimiento.
De este modo, Jesús muere "hacia" su resurrección y resucita "desde" su muerte. Pues, la resurrección de Jesús no es un volver a la vida de antes, sino que es la confirmación y el desenlace de esta muerte aceptada.


REFERENCIAS

LORING, J. PARA SALVARTE. Gráficas G.M.S. Cádiz, 1988

MARTÍN DESCALZO, J.L. VIDA Y MISTERIO DE JESÚS DE NAZARET. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1998



Mª Carmen Martínez. Tomado de Pinterest


Mercy. Tomado de Pinterest

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