CÁDIZ ROMANA
MEDICINA ROMANA. LA
SANIDAD MILITAR
En la primitiva Roma, las divinidades de las enfermedades eran; Mefitis, diosa de las aguas sulfúricas curativas. Lucina, diosa del nacimiento de los niños. Febris era la diosa que evitaba la fiebre. La medicina era al comienzo tradicional, pero con la conquista de Grecia aparecerá una influencia de la medicina griega. Galeno en el siglo II d. C. hereda las ideas de Hipócrates y considera la enfermedad como una alteración de los humores corporales: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. En la “discrasia” con la alteración de la proporción armónica de estos cuatro humores habrá que administrar un medicamento que se oponga al humor predominante y para expulsar el humor excesivo se emplearán evacuantes, vomitivos, purgantes y diuréticos. Para mejorar la calidad de los humores se empleaban aperitivos, tónicos y calmantes. Para restituir el calor perdido se empleaban vísceras de animales recién sacrificados.
Surgen los polifármacos, apoyado en la teoría de que si los
órganos del cuerpo se asocian para enfermar también deben asociarse los
medicamentos para curar. Surgen las figuras de Celso quien recopila las ideas
de los médicos griegos y Dioscórides, médico militar, mientras viajaba con las
unidades recogía plantas medicinales.
Los romanos eran partidarios de curar las enfermedades “cito,
tuto et iocundo” que quiere decir: rápidamente, con seguridad y sin dolor.
Empleaban las cataplasmas y los emolientes. Como astringentes utilizaban el
vino, vinagre, agua fría, alumbre y el oxicrato que era una mezcla de vinagre y
agua, la cual tenía la propiedad de calmar la sed, templar el calor corporal,
disminuir el sudor, facilitar la secreción de orina y prevenir enfermedades.
La cirugía empleaba gran cantidad de instrumentos, casi todos
de bronce y algunos de acero. Como hilos de sutura se empleaba la “cuerda de
tripa” o el hilo de lino. Como anestésico la “mandrágora”, macerada en vino y
administrada por vía oral antes de cauterizaciones e intervenciones. También se
administraba mediante enemas o inhalaciones. El futuro cirujano romano hace sus
prácticas en gladiadores heridos y cadáveres de criminales ejecutados. Las
operaciones más frecuentes serán las extracciones de proyectiles,
cauterizaciones, inmovilizaciones mediante preparados hechos con mezclas de cera y harina, amputaciones,
trepanaciones y sangrías. Dichas sangrías eran hechas con sanguijuelas o con
ventosas.
Durante las campañas militares, en los primeros tiempos los
soldados se curaban entre ellos con apósitos medicamentosos que llevaban en el
equipo y también existían curanderos combatientes, ungüenteros y esclavos
sanitarios. Con el tiempo se va creando un Cuerpo de Sanidad, constituido por
aficionados a la cirugía quienes acompañaban voluntariamente a los ejércitos.
No obstante, los emperadores empezaron a darse cuenta de que morían más
soldados por falta de cuidados que en la batalla y este hecho condujo a la
creación de una organización sanitaria militar. Las unidades se dotaron de
médicos militares y de auxiliares médicos y a cada legión se le asignó un
hospital ambulante. Los médicos militares comenzaron a tratar las heridas denominadas
“glandes” producidas por proyectiles de plomo en forma de bellotas y que eran
lanzados por hondas. Estas heridas eran muy temidas. Otras heridas importantes
eran las producidas por espadas y hachas que en los casos más graves llevaban a
una importante pérdida de sangre y el herido entraba en shock y sobrevenía la
muerte.1
Se utilizaron
hospitales en tiendas de campañas e instalados cerca de la línea de combate, en
sitios resguardados. Quedaban depositados en ellos heridos y enfermos, en
lechos fabricados con hojas secas o bien en unos sacos de paja, permaneciendo en
ellos para ser evacuados posteriormente. En cada campamento se instaló un
“veterinarium” para tratamiento del ganado. Para transporte de heridos se
utilizó el “ferculum rusticum” que era una camilla formada por dos ramas de
árboles atravesadas por otras más cortas. Los heridos leves eran curados y
devueltos al campo de batalla mientras los más graves serán evacuados a las
ambulancias, donde reciben tratamiento y son clasificados. Los heridos muy
graves y no transportables son mandados a las tiendas de “aegri contubernales”
que quiere decir de compañeros enfermos. De los que son transportables, unos
serán recuperables y así si esta recuperación se espera que sea rápida son
enviados al “Valetudinarium” de la legión, mientras que los que se considera
que no son recuperables o que esta será lenta son enviados al “Valetudinarium”
de los campamentos fijos o se quedarán en la retaguardia, en villas o ciudades
y alojados en casa particulares. Los transportes se harán en carros militares
llamados “carpentas”.
Augusto ofreció a los profesionales de la medicina que
estuvieran dispuestos a unirse a su ejército el estatus de “équite” y los
derechos de ciudadanía completa. Estos ciudadanos ocupaban un estatus social
intermedio entre patricios y plebeyos. También recibían beneficios monetarios y
tierras al llegar la edad del retiro, quedando también exentos de pagar algunos
impuestos. Eran preferidos los médicos que estuvieran de acuerdo con el punto
de vista griego de la práctica empírica de la medicina. El ejército llevó a
crear escuelas para formar sus médicos y muchos de ellos publicaron
tratados.
La sanidad militar romana solo permitía en el ejército
reclutas sanos. Daba gran importancia a la higiene; usando constantemente las
cloacas y alcantarillas, suministro de agua limpia y segura, dieta saludable y
variada, uso de aceites para protección solar, repelentes de insectos, y
cremación de los cadáveres en las afueras de los campamentos, entre otras
medidas. Se hacían inspecciones médicas periódicas. El soldado debía observar
una higiene personal con limpieza propia de su ropa y equipaje.
En el plano asistencial se logra suministrar los primeros
auxilios a los heridos en el campo de batalla. Había un jefe del servicio
médico llamado “Praefectus castrorum” que quiere decir el prefecto del campo y
era el tercer oficial de la legión, mientras que el “Medicus primus” era el
oficial médico. Hubo distintas especialidades: Medicina interna, Oftalmología,
Cirugía, Traumatología, y otras. Los cirujanos gozaban de una alta consideración.
Los “Medici ordinarii” eran los enfermeros ayudantes mientras que el “Capsarii”
era el encargado de preparar y transportar la bolsa del médico o “capsa”, donde
se guardaba el instrumental quirúrgico, y los ungüentos.
Después de aplicar los primeros auxilios en el campo de
batalla, los heridos más graves eran conducidos en una especie de ambulancias
al hospital de campaña. Los médicos romanos empleaban la clasificación de los
heridos y determinaban cuáles de ellos debían ser evacuados. Se considera que el
cuerpo médico militar romano conseguía salvar la vida del 70% de los heridos
que llegaban al hospital.
Cada legión, unidad de caballería o cualquier unidad militar, disponían de un equipo médico y los facultativos eran destinados de una unidad a
otra según las necesidades. El cirujano militar Aulo Cornelio Celso fue autor
del tratado “De Medicina “donde se recoge la práctica médica romana y que más
tarde fue libro de cabecera de los médicos del Renacimiento europeo.
Los médicos romanos
practicaban la disección de cadáveres de gladiadores y ejecutados, con lo que
aportaron grandes conocimientos anatómicos. Utilizaron el torniquete para
cohibir las hemorragias y suturaban las arterias con grapas. Hacían
amputaciones de miembros y eran partidarios de hacer el corte en tejido sano,
empleando una lima para lisar el hueso antes de cerrar la herida. Un médico
famoso fue Arquígenes quien fue el primero en utilizar la ligadura de los vasos
sanguíneos en las amputaciones. De origen griego, había nacido en Apamea, Siria,
y se estableció en Roma en tiempos de Domiciano.
Cuando Augusto dispone de una importante flota imperial, observamos que
algunas embarcaciones llevan nombres significativos como los trirremes
“Asclepius” y “Aesculapius” y una liburna con este mismo nombre. Podrían
tratarse de buques hospitales, aunque según Gracia Rivas es algo aventurado
aceptar de pleno esta hipótesis. Se conoce que hay un servicio sanitario
embarcado para atender a los remeros, soldados, marineros y oficiales. De esta
forma, se dispuso que en cada trirreme hubiere un médico por cada 200 hombres.
El médico embarcado tenía la consideración de “duplicarii” y estaba capacitado para tratar heridas y atender otras dolencias.
En ocasiones, embarcaban especialistas como los “ocularius”
que aplicaban fundamentalmente colirios. Fue muy importante la observación de
la higiene a bordo y se implantó la norma de bañarse dos veces al día. Utilizar
vestidos de lana para resguardarse de la humedad, prohibición de consumir
bebidas alcohólicas, dieta especial para el verano, no inhalar aire viciado
procedente de la sentina. Selección de alimentos constitutivos de la ración
alimenticia y empleaban el “panis nauticus” que pudiera ser una especie de
bizcocho. Para prevenir el mareo empleaban una mezcla de ajenjo, mirto, aceite
y vinagre que se colocaba en la nariz, según método de Apuleio.2
Los médicos militares romanos utilizaban frente al dolor gran
variedad de sustancias y drogas como el opio, beleño que contenía escopolamina,
raíz de mandrágora que llevaba atropina, y otras. El instrumental de cirugía
llegó a ser muy diverso. Utilizaban los Mochliskos
que eran una especie de palanca para colocar el hueso en su sitio antes de
entablillar. El Spathumele tenía una
parte ancha destinada a mezclar sustancias y otra parte estrecha para aplicarla
a las heridas. El Ferrum candens para
cauterización de estas. La Ostagra era una pinza que se empleaba
para extraer trozos de huesos en las fracturas con hundimiento del cráneo. Los Hamus eran escalpelos de diferentes
tamaños. El Fibulae era una especie
de clavo quirúrgico que también se empleaba en el cierre de heridas.
El siguiente paso del médico-cirujano romano era el de
prevenir infecciones y Celso describe los síntomas de la infección:
enrojecimiento, hinchazón, fiebre y dolor. Esterilizaban el instrumental
quirúrgico mediante el agua hervida. Las heridas se lavaban con acetum, vino a
punto de convertirse en vinagre y con barbaru que era un potente compuesto de
hierbas antisépticas. Se limpiaba la materia extraña para prevenir el tétanos y
la gangrena. Se cambiaba los vendajes con regularidad y se utilizaban vendas de
lino, levemente mojadas en miel.
La convalecencia se pasaba al principio en tiendas dentro del
campamento, pero cuando este pasó de la situación de provisional a la de permanente se construyó el
llamado “Valetudinarium “que era el hospital militar, el cual quedaba a cargo
de un oficial médico llamado “Opciones Valetudinari”, el cual dependía del
“Praefectus Castrorum” de cada legión.
Tenemos la descripción de un hospital militar romano. A la
entrada nos encontramos con un gran vestíbulo con grandes ventanales que servía
para la labor de recepción y clasificación de todos los enfermos y heridos. A
continuación, perfectamente iluminada, nos encontramos con la sala de
operaciones y al lado una habitación para la esterilización del material
quirúrgico. En el lado este estaban las cocinas y la despensa. En el lado oeste
se encontraban los baños, vestidores y lavaderos.
A lo largo de todo un ancho pasillo nos vamos a encontrar con las
habitaciones de convalecientes y todas estas habitaciones tenian la particularidad de poder estar separadas de las
otras estancias del hospital para tranquilidad de los pacientes y evitar
contagios.
El techo también estaba diseñado para proporcionar siempre una ventilación
suficiente y fresca. Cuando era necesario el empleo de calefacción, esta
dependía de un sistema subterráneo.3
Cada hospital estaba preparado para albergar un 5% de la
legión y es probable que en el establecimiento pudieran ser ingresados
militares de otras unidades del ejército y también de la marina.
2). Gracia Rivas, M. 1995: 157-178.
3). Angelillo, 2013: 1ª y 2ª partes
BIBLIOGRAFÍA
ANGELILLO. BLOG. "Sanidad Militar en el Ejército romano".
1ª y 2ª partes. 18 y 26 de abril de 2013
GÓMEZ RODRÍGUEZ, L. Los hijos de Asclepio. Tesis Doctoral.
Instituto Universitário "General Gutierrez Mellado". Madrid, 2013
GRACIA RIVAS, M. La Sanidad Naval Española.
E.N.Bazán. Barcelona, 1995
WIKIPEDIA. "Medicina en la antigua Roma".
wikipedia.org/wiki. 11 de enero de 2021
El arte de los vendjes. Galeno. El arte de la Medicina. Luis de Caralt.
Barcelona. 1963; 56
Decoración de una copa de beber agua con relatos de historias acuáticas. El arte de la Medicina. Luis de Caralt. Barcelona. 1963; 63
Puente romano en San Fernando, conocido como Puente Zuazo. Su construcción se atribuye a Lucio Cornelio Balbo en el 14 a.C. Foto de 1895.Joaquín Quijano. San Fernando. Evocación de un Siglo.
Publicaciones del Sur Editores. San Fernando. 1998; 18
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