La fiebre amarilla en otras ciudades y pueblos de la provincia de Cádiz
PUERTO REAL
En la Bahía. El 21 de agosto de
1800 se produce la primera noticia sobre la aparición de la enfermedad en Cádiz
y el Ayuntamiento de forma inmediata toma las medidas necesarias para intentar
frenar el contagio. Envía un oficio a José Salvaresa, del protomedicato de
Cádiz, y a José Vila, cirujano mayor y director accidental del Colegio de
Cirugía de la Armada, con el fin de obtener información sobre el contagio. Se
prohíbe la entrada de forasteros enfermos, pero esta medida llega tarde. El día
25 de agosto, el Ayuntamiento acuerda formar una Junta de Policía y Sanidad presidida
por el médico titular de la villa Joaquín Bello. Se monta un cordón sanitario
con guardias en distintos puntos de embarcaderos y carreteras. Alfonso de María
se hace cargo de la dirección médica.
Iglesias da la cifra de 4.834
enfermos con 913 fallecimientos, entre vecinos y forasteros. Alfonso de María
da una mortalidad de 1.621 fallecidos. En el Hospital de la Misericordia de la
villa, ingresaron 290 enfermos, de los que fallecieron 154.
Puerto Real. Vista parcial del Ayuntamiento. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
PUERTO DE SANTA MARÍA
En la Bahía. La epidemia de
fiebre amarilla de 1800 causó 3.693 muertes. También sufrió esta población los
brotes de 1804, 1813, 1819 y 1821. Se había creado un cementerio provisional en
San Sebastián y también se hicieron enterramientos en el de la ermita de Santa
Clara atendida por la Hermandad de Nuestra Señora de la Cabeza, al cuidado de
los montañeses.
Puerto de Santa María con el rio Guadalete. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
CHICLANA DE LA FRONTERA
En la Bahía. Es 1801 y escribe el
vicario Vicente García de Torquemada que la villa era de las más libres de la
epidemia, pero que habiendo llegado 4.000 personas procedentes de Cádiz había
crecido el número de enfermos. Hubo necesidad de cortar el tránsito y los
médicos, sacerdotes y frailes no bastaban para proporcionar cuidados y
atenciones. Según Alfonso de María el número de defunciones fue de 1328
fallecidos.
En 1810, Chiclana es ocupada por
el ejército francés y sus jefes militares habían dividido la villa en cinco
cuarteles. En mayo de este año, el gobernador militar francés solicita para la
población camas, en el caso de que se pudiera propagar la peste Smirna, y manda
poner en cuarentena a los desertores y demás individuos que lleguen de Cádiz.
Deben tomarse medidas para el establecimiento de lazaretos.
Se había establecido una serie de
normas que implicaban la vigilancia de la salud por parte de la Milicia Cívica
y abarcaban la limpieza de calles y corrales, extracción de inmundicias fuera
de la población, tener cuidado con las malas aguas y con los vinos y alimentos
corrompidos. Proveerse de artículos de primera necesidad. Resguardarse de los
efectos del clima y de las estaciones. Acopio de medicinas necesarias para
combatir las epidemias. Enterrar a los animales muertos y que estos no estén ni
una hora en el pueblo. Ni que estos se arrojen a los ríos. El Decreto es dado
desde Sevilla por el Consejero de Estado y encargado del Ministerio de Policía
Francisco Amoros, quien también da otras normas para prevenir enfermedades
infecciosas y contagiosas.
Chiclana con el rio Iro. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
SANLÚCAR DE BARRAMEDA
En el Bajo Guadalquivir. El 30 de
junio de 1800 llega a Sanlúcar el buque Águila,
procedente de la Habana y durante la travesía había perdido cinco
tripulantes, y después llega a Cádiz. En la epidemia de este año mueren en
Sanlúcar 2.310 personas, 1.686 varones y 624 hembras. Alfonso de María da una
cifra de fallecidos aproximada, 2.303. La población, en esta epidemia y en la
de 1819 se encomendó a la Virgen del Sudor, como lo había hecho en las epidemias
de peste del siglo XVII.
Sanlúcar de Barrameda. Diario de Cádiz. Fotografía de Guillén Franco.
ROTA
En el Bajo Guadalquivir. Fallecidos,
según Alfonso de María, 1.116, durante 1800.
Rota. Arco de Regla.C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
En el Bajo Guadalquivir. El
aislamiento de la población durante la epidemia de 1800, se hizo muy precoz y
no murió nadie.
Chipiona. Ayuntamiento. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
JEREZ DE LA FRONTERA.
En la Campiña. A finales de
agosto y principios de septiembre de 1800, los médicos jerezanos notifican
asistir a enfermos sospechosos. Son citados todos los médicos y cirujanos de la
ciudad. Se piensa en la necesidad de establecer un lazareto y se desplaza una
comisión, compuesta de tres médicos, a Cádiz, para recabar información.
El día 15 de septiembre sufren el
contagio algunos militares del cuartel del Tinte. La población se asusta y
acude a la Virgen de Consolación. Con la entrada de forasteros procedentes de
Cádiz, La Isla y Puerto Real, a pesar de las prohibiciones, hace que aumente el
contagio. En la primera quincena del mes de noviembre sigue agudizándose la
epidemia, pero a mediados de este mes comienza a remitir y el día 21 se piensa
que la enfermedad ha pasado. En la Iglesia Mayor Parroquial se canta el Te Deum,
como acción de gracias. El día 30 de abril, la Junta de Sanidad da la cifra de
46.000 enfermos y 10.000 fallecimientos. Sin embargo, Alfonso de María registra
10.192 muertes. Según Rodríguez Carrión, recogido por Benítez Reguera, ofrece
una cifra de 5.491 fallecidos.
Jerez de la Frontera. Diario de Cádiz. Fotografía de Guillén Franco.
VILLAMARTÍN
En la Sierra. Durante la epidemia
de 1800, según Alfonso de María, solo hubo 1 defunción. En 1804, aparece la
enfermedad entre la población en el mes de octubre y hasta el 25 de diciembre
produce 168 defunciones, de las que 93 son varones y 75 son hembras. Hubo una
gran cantidad de párvulos entre los fallecidos. La epidemia alcanzó rápidamente
la calle de San Sebastián, donde vivía la clase más pudiente. Remitió a comienzos
de 1805.
Villamartín con la Sierra del Pinar al fondo. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
ARCOS DE LA FRONTERA
En la Sierra. Alfonso de María
contabiliza 631 defunciones en 1800.
Arcos de la Frontera. Diario de Cádiz. Fotografía de Guillén Franco.
BORNOS
En la Sierra. En 1800, según
Alfonso de María, hubo 17 defunciones.
Bornos. Vista del convento del Corpus Christi con el pantano al fondo. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
ZAHARA DE LA SIERRA
En la Sierra. En la epidemia de
1800, según datos de Alfonso de María, hubo 5 defunciones.
Zahara de la Sierra. Diario de Cádiz. Fotografía de Guillén Franco.
ALCALÁ DE LOS GAZULES
En la Janda. Durante el verano de
1800 aparece la enfermedad, al parecer introducida por dos vecinos de Cádiz que
llegaron a Alcalá y después sanaron. El médico titular, José Sánchez Aznar, vio
a un vecino de la población quien falleció y presentaba síntomas
característicos de la fiebre amarilla. Este facultativo piensa que se había
contagiado de unos arrieros que debido al transporte de mercancías mantenían
contacto con vecinos de Medina y Paterna.
Es el mes de septiembre y se
celebra el traslado de la Virgen de los Santos, de su ermita al pueblo. Con la
aglomeración de vecinos se produce una propagación de la epidemia. Se forma una
Junta de Sanidad Local y se piensa en la necesidad de crear un lazareto para
que los visitantes pasen la cuarentena, eligiéndose una casa del Prado.
Los vecinos más pudientes
abandonan el pueblo y se trasladan al campo. Se establecen guardias en todas
las entradas y salidas de la población. Hay un cordón sanitario en el que intervienen
las escasas tropas del ejército y vecinos del pueblo, utilizando chosas
construidas, como puntos de vigilancia. Hubo que alojar a la tropa en algunos
cortijos.
Según datos locales hubo 800
muertos y según Alfonso de María las defunciones fueron 817. Hubo en la
población epidemias similares durante 1802, 1804 y 1820.
Alcalá de los Gazules. Autor.
PATERNA DE LA RIVERA
En la Janda. Cuando en aquel
fatídico verano de 1800 llegan a la población noticias de la terrible epidemia
que asola a Cádiz y pueblos cercanos, se crea en Paterna una Junta Local de
Sanidad y comienzan a dictarse normas concernientes a la limpieza e higiene,
así como no permitir la entrada de personas procedentes de lugares contagiosos.
En las afueras del pueblo se crea
un lazareto, en la zona denominada “El Punto” y se utilizó un cementerio que
pudo estar en otro lugar. Según Alfonso de María el número de defunciones fue
de 86. Sin embargo, el libro de defunciones de la Iglesia Parroquial Nuestra
Señora de la Inhiesta señala 86 defunciones en totalidad aquel año, incluidas
otras causas.
En un estudio minucioso del Libro
de Defunciones parroquial, llevado a cabo por Juan F. Moreno Castro, se llega a
las siguientes conclusiones: El número total de fallecidos por fiebre amarilla
fueron 10 personas. La primera muerte que registra el libro fue el 11 de
octubre y la última el 8 de noviembre. Los meses de mayor mortandad fueron
septiembre, octubre y noviembre. La mayor parte de las muertes fueron debidas a
otras causas. Sería el mes de septiembre cuando comenzó la epidemia. 9 fallecieron
en el mes de octubre y 1 en noviembre. Los 10 fallecidos fueron todos varones,
con edades comprendidas entre 12 y 47 años. 9 murieron en el lazareto y fueron
enterrados en el Granadillo. El otro fue sepultado en las inmediaciones de la
ermita de San Sebastián.
En la epidemia de 1804, según
datos de defunciones, la mortalidad fue mayor que la de 1800. Para Alfonso de
María la cifra de muertes fue la de 162 fallecidos y según Juan Manuel Aréjula
esta cifra fue de 117. El libro de defunciones parroquial señala 162 muertes
aquel año, incluido también otros motivos. Por otra parte, para Aréjula la
epidemia comenzó el 30 de agosto y las primeras defunciones están registradas
en 2 de octubre. Por lo tanto, no concuerdan estas fechas, aunque no se puede
descartar del todo.
Se sabe que en epidemias
posteriores a la del 1800, y este pudo ser el caso, se utilizó un lazareto
fabricado con palos y techumbre de paja o pastos, colocado en el sitio
denominado “Las Águilas” y se señala un cementerio a 700 pasos del pueblo,
llamado del “Granadillo”.
Según los datos de Juan F.
Moreno, extraidos del Libro Parroquial de defunciones, nos encontramos: El
número total de defunciones por fiebre amarilla fue de 118. La primera muerte
ocurrió el 2 de octubre y la última el 30 de diciembre. Los meses de mayor
mortandad de 1804, en su totalidad, incluidas otras causas, fueron septiembre,
octubre, noviembre y diciembre. La mayoría de las muertes, desde el mes de
octubre, fueron por fiebre amarilla. De los 118 fallecidos, 71 eran hombres y
47 eran mujeres. Entre los fallecidos había 8 párvulos y 5 niños, de edades
comprendidas entre 8 y 15 años.
Paterna de la Rivera. Diario de Cádiz. Fotografía de Guillén Franco.
MEDINA SIDONIA
En la Janda. En la epidemia de
1801, según Alfonso de María, hubo 136 muertos.
Medina Sidonia. Muralla. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
ALGECIRAS
En el Campo de Gibraltar. Entre
los meses de agosto de 1803 y enero de 1804, la epidemia de fiebre amarilla
había provocado 5.000 muertes en toda la comarca. En 1805, en la Casa de la
Misericordia, es editada la obra de Diego Terrero titulada: Discurso sobre el carácter y curación
practica de la fiebre amarilla, por iniciativa de su hermano Vicente que
era sacerdote y párroco de Nuestra Señora de la Palma y que años más tarde
sería diputado en las Cortes de Cádiz. Era conocido, cariñosamente, como el
“cura de Algeciras” y se había encargado de pronunciar el sermón en la función
religiosa parroquial, en acción de gracias al Señor y María Santísima, tras la
terrible epidemia de 1800.
En 1813 apareció un segundo brote
y ya con estas desagradables experiencias pasadas, en el año 1859 se piensa en la
construcción de un lazareto en Algeciras para cuarentenas, así como un edificio
de Sanidad para controlar la entrada de viajeros y mercancías.
Algeciras. Plaza Alta. C. Spínola et al. La Provincia de Cádiz.
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