NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN. PATRONA DE LA CIUDAD DE SAN FERNANDO Y DE LA ARMADA ESPAÑOLA
Santa María del Monte Carmelo,
Virgen del Carmen o Nuestra Señora del Carmen, procede del Monte Carmelo cuando
un grupo de ermitaños inspirados en el profeta Elías se retiran a este lugar. Después,
esta devoción se extenderá por toda Europa fundándose la Orden de Nuestra
Señora del Monte Carmelo o Carmelitas y según la tradición carmelitana la Virgen
se había aparecido a San Simón Stock, Superior General de la Orden, el día 16
de julio de 1251. La Virgen del Carmen entrega a San Simón sus hábitos y
escapulario y promete liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan
llevado este escapulario durante toda su vida, y dicha liberación se producirá
el sábado siguiente a su muerte. Esta veneración recibe reconocimiento papal en
1587 y es respetada por los pontífices posteriores. La devoción a la Virgen del
Carmen se extenderá por Europa y América. En España se produce un especial
arraigo.
Cuando el Obispo Juan de Isla
llega a Cádiz en 1678, al pasar por la Villa de la Isla de León concibe la idea
de una fundación carmelitana y solicitando el correspondiente permiso del Señor
de la Isla, Duque de Arcos, paga una heredad cuyo coste es de mil pesos. La
condición del Duque es que el convento que se va a construir lleve el nombre de
San Joaquín y Santa Teresa y el Obispo pide al Provincial de la orden
carmelitana en Andalucía, Fray Antonio de la Santísima Trinidad, que apoye esta
fundación. De este modo, a finales de mayo de 1680 llega a Cádiz el Padre
Antonio con cinco religiosos procedentes de distintas partes de Andalucía. En
noviembre de 1680 se bendijo y se inauguró la primitiva Iglesia, y la Virgen
procedente de Cádiz desembarcó en el puente Zuazo, con parada en la Iglesia del
Castillo y fue trasladada en procesión solemne hasta el convento. Después esta
imagen es convertida en Dolorosa cuando es sustituida en 1708 por la imagen
comprada en Génova por Luis de Ardila, primer Prioste de la Hermandad. Existe
una leyenda, narrada por el Padre Ismael Bengoechea y recogida por Joaquín
Quijano que cuenta como un buque había naufragado en el arrecife de Sancti
Petri y su tripulación logró salvarse en dos palos de velero, uno de los cuales
fue llevado al convento y guardado en el coro. Los náufragos ofrecieron una
imagen de la Virgen del Carmen que pertenecía al buque, haciéndose cargo de
ella el Hermano Mayor de la Hermandad, Luis de Ardila. No obstante, fuentes
documentales recogidas en el primer libro de cabildos de 29 de julio de 1708,
revelan como Luis de Ardila adquiere en Génova la Imagen, pagando por ella 577
reales y medio de vellón. Desde su llegada al convento carmelitano la Virgen
del Carmen, como se le suele conocer, ha despertado una enorme devoción entre
sus parroquianos, los cuales se han encomendados a Ella en numerosas ocasiones pero
sobre todo en los momentos más difíciles, como: maremoto de Lisboa de 1755 y un
temblor de tierras años más tarde, triunfo sobre los franceses de 1794, la
fiebre amarilla de 1800, asedio francés de 1810, cólera morbo asiático de 1854,
epidemia de gripe de 1918, y muchas más ocasiones generales e incontables
particulares. Se había constituido la Hermandad del Carmen y el primer cabildo
fue el 24 de agosto de 1698, siendo Obispo de Cádiz Fray Alonso de Talavera
quien concede la licencia eclesiástica con la anuencia del Padre General de la
Orden Fray Juan de la Asunción. En 1733 se consagra la nueva iglesia
conventual. En 1740 la Hermandad adquiere al convento la tercera capilla de la
nave de la Epístola y los cofrades van a ser enterrados en las dos bóvedas de
enterramientos que esta hermandad posee en la Iglesia. En el año 1901 siendo Prioste
el Coronel de Artillería Juan de Aguilar y Lozano, se eleva propuesta a la
Reina Regente María Cristina de Habsburgo-Lorena para que la Virgen del Carmen
sea nombrada Patrona de la Armada y esta petición es concedida por una Real
Orden del 19 de abril de 1901, siendo Ministro de Marina Cristóbal Colón de la
Cerda y Gante, Duque de Veragua y Subsecretario del Ministerio el General
Julián García de la Vega y González-Rendón. En realidad la devoción carmelitana
y marinera se remonta al siglo XVI, introducida por los PP. Carmelitas que como
capellanes embarcaban en las expediciones a América, e insignes marinos
experimentaron esta devoción como es el caso de Antonio Barceló de quien se
dice que llevó la Virgen en su navío capitana el Rayo, en 1764 y de Juan José
Navarro de Viana y Búfalo, Marqués de la
Victoria entre otros. Este último asistía a los cultos carmelitanos y presidia
la Salve de los sábados. Dispuso ser enterrado en el Convento del Carmen, sin
pompa alguna, efectuándose el enterramiento en la bóveda principal donde
permaneció hasta su traslado al Panteón de Marinos Ilustres. Años más tarde,
Alfonso XIII aceptará el nombramiento de Prioste y Protector de la Hermandad y
en 1920 el Ayuntamiento de San Fernando presidido por Salvador García Suffo
obtiene de Benedicto XV la declaración de la Santísima Virgen del Carmen como Patrona
de la Ciudad de San Fernando. Desde 1922 se realiza función y novena organizada
por los PP. Carmelitas, con asistencia del Ayuntamiento, por ser Patrona de la
ciudad. En 1926 se dispone que todos los años, el 25 de julio se declare una
función solemne con sacramento y sermón matutino, y por la tarde procesión con
la imagen de la Virgen. La Marina de Guerra que venia celebrando otro día en la
Iglesia castrense de San Francisco la festividad de su Patrona, dispone
unificar el día 16 de julio, para celebrar esta festividad junto al pueblo de
San Fernando, a partir de 1941, y lo hará en la Iglesia conventual del Carmen. En
1954, siendo Alcalde de la ciudad Francisco García Raez, es distinguida la
santísima Virgen con el nombramiento de Alcaldesa Perpetua y Honoraria por
acuerdo del pleno celebrado el 27 de octubre de este mismo año. Por petición de
la Armada, Sociedad de Fomento y Defensa, Hermandad y Orden del Carmen; concede
S.S. Pio XII la Coronación de la Patrona, la cual se realiza el 12 de octubre
de 1951, actuando el Obispo de Cádiz y Ceuta Tomás Diez Gutiérrez, celebrándose en la mañana de este memorable
día en el atrio de la casa consistorial una solemne Misa pontifical con asistencia
de autoridades civiles y militares, clero local, hermandad y comunidad
carmelitana mientras que los alrededores permanecían desbordados por todos
aquellos isleños que pudieron salir a la calle. Recuerdo que era muy niño y
presencié aquel acontecimiento desde el balcón de una casa cercana al
Ayuntamiento, donde me habían llevado mis padres porque allí vivían unos amigos
suyos. Se me quedó gravada en la memoria la escena de la llegada de un antiguo
camión descapotado con los niños del antiguo Hospicio de Cádiz quienes
irrumpieron en la Plaza del Rey con gran júbilo, cantando un precioso Ave María. Desde tiempo inmemorial la Virgen
del Carmen sale en la procesión del Corpus Christi. Para ello, la víspera de
esta Fiesta del Corpus, que en anterior época era un miércoles, al celebrarse
la festividad un jueves; al atardecer la Virgen era trasladada en procesión a
la Iglesia Mayor Parroquial y después de formar parte de la procesión, tras dos
días de estancia, el sábado siguiente regresaba al convento. A la vuelta, la
procesión era presidida por el Capitán General del Departamento, después Zona
Marítima, en representación del Jefe del Estado que era Prioste Honorario,
siendo acompañado por la junta de Gobierno de la Hermandad y el Prior de la
comunidad de Carmelitas. Largas filas de hermanos, devotas y devotos, y durante
muchos años alumnos del Liceo del Sagrado Corazón, regidos por los PP.
Carmelitas. El paso era escoltado por una escuadra de gastadores de Infantería
de Marina y en muchas ocasiones podría verse un gran número de marineros
rodeando las andas de un paso de palio conducido por ruedas. Detrás iba el
Arcipreste de la ciudad y dos frailes con capa pluvial. Le seguía la
corporación municipal bajo mazas, presidida por el Alcalde. Comisiones de jefes
y oficiales presididos por un almirante, habitualmente el Jefe del Arsenal de
la Carraca. Representaciones de entidades y corporaciones civiles. Cerrando una
compañía de Infantería de Marina con banda de música. Al llegar al templo esta
compañía de honores desfilaba ante su Patrona. Más tarde se hará en otro día una
procesión marítimo-terrestre, como innovación, en los años sesenta. La Virgen
del Carmen, además de ser Patrona de San Fernando y de la Armada, también lo es
de pescadores y marineros. Se organizó dicha procesión el último día de la
Velada del Carmen. A bordo de una embarcación se trasladaba una imagen de la
Virgen, habitualmente no la titular, desde el muelle de arenas del puente Zuazo
hasta el muelle de Gallineras, navegando por el caño de Sancti Petri. Después
recorrería el barrio de Gallineras y tomando las calles del Buen Pastor, San
Onofre y del Carmen, desembocaba en la calle Real para trasladarse a su templo.
Después de una época de esplendor de este desfile procesional se entró en otra
época de decadencia llevada a cabo por diversos factores como el estar sujeto a
mareas, vientos, itinerario tortuoso y diversas circunstancias que no vamos a
considerar aquí.
Estamos en la Iglesia conventual
del Carmen y en su capilla del Sagrario nos encontramos con Nuestra Señora del
Carmen. La primera imagen data de 1681, siendo sustituida en 1697 para ser convertida
en Dolorosa, como hemos visto. Esta última imagen fue donada por una piadosa
señora y procedía de las indias, para pasar después al claustro del convento al
adquirirse la definitiva imagen de 1708. Es una imagen de vestir de 159 x 80 x
66 cm, de las denominadas de candelero, talladas la cabeza y manos, y el Niño
en su integridad. El rostro de la Virgen es de líneas clásicas y facciones muy
delicadas. Resalta la dulzura maternal y la serenidad que refleja la humildad
de la Virgen. Resaltaremos también la finura de la boca y de las cejas pero
sobre todo la gran hermosura de sus ojos claros. Las manos aparecen delicadas y
con dedos estilados. Con la mano derecha sostiene el cetro y el escapulario
carmelitano mientras que en la izquierda porta el Niño Divino. El Niño es de
una extraordinaria belleza y está sentado sobre la mano de su Madre, levantando
la pierna izquierda mientras que la derecha la lleva hacia atrás. Fijándonos en
la postura de sus brazos, observaremos como la mano derecha señala hacia el
escapulario que sostiene con la otra mano. Rostro redondeado y de expresión
risueña y nos llama la atención el cabello con pequeños bucles que partiendo
del centro se acumulan a ambos lados de la cabeza. A cada lado de la frente dos
pequeños mechones. No sabemos quien fue el autor de esta obra extraordinaria ni
a quien atribuírsele pero parece pertenecer a la escuela genovesa, siendo esta
procedencia muy normal ya que gran parte de los miembros de la Hermandad, en la
época de la adquisición de la Imagen son de origen genovés. Algunos de los hábitos
de la Virgen son traídos de Génova. La Imagen fue restaurada en el año de la Coronación
por Sebastián Santos y a finales de los años setenta Alfonso Berraquero realizó
una limpieza de la policromía que le devolvió los tonos originales.
El insigne poeta isleño Gabriel
González Camoyano dedicó preciosos poemas a la Virgen del Carmen y es que Don
Gabriel q.e.p.d, hombre piadoso y al que recuerdo con especial cariño y
respeto, fue mi profesor de Gramática y Literatura en los primeros años del
bachillerato, era un gran devoto de la Virgen del Carmen siendo hermano y
miembro de la junta directiva de la Hermandad. En 1947, en su “Trova a la Madre
de Dios”, decía:
¡Oh
Virgen morena, de los pescadores, que ganan luchando con sangre y sudores el
pan de sus nidos…!
Nuestra Señora del Carmen. Hermandad
Junta de Gobierno de la Hermandad del Carmen en el año de la Coronación. Quijano
BIBLIOGRAFÍA
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WIKIPEDIA.www.wikipedia.org/wiki