Política de uso de cookies

jueves, 31 de marzo de 2016

Naufragios




El naufragio de la fragata Santa Leocadia

La fragata Santa Leocadia fue botada en Ferrol el 24 de marzo de 1777, habiendo dirigido su construcción el ingeniero José Fuster, siguiendo el sistema de construcción de Francisco Gautier. Sus dimensiones eran las equivalentes en la actualidad a 46,26 mts. de eslora, 11,95 mts. de manga y 5,91 mts. de puntal. Su desplazamiento era de 608 toneladas y portaba 34 cañones. Se le bautizó con el nombre de Santa Leocadia, mártir hispano-romana del siglo IV de nuestra era, natural de Toledo y en cuya Catedral están depositadas sus reliquias. Venerada en diversas partes del Mundo y por reyes y autoridades eclesiásticas. La fragata realizó numerosas labores de patrullas, sobre todo por las costas cántabras y gallegas, participando en combates frente a buques de la flota británica, y apresando algunos de ellos. En 1780 fue forrada de cobre en el Arsenal de Ferrol. En 1800 se encuentra en aguas de Perú, y junto al bergantín Peruano reciben la orden de dar la vela desde el Callao con el fin de escoltar un convoy, y dirigirse a Panamá donde había que entregar un millón doscientos mil pesos, y cincuenta y cuatro prisioneros de guerra, ingleses. El comandante de la Santa Leocadia es el capitán de navío Antonio Barreda, y además tiene orden de reconocer los puertos de Paita, Guayaquil y Manta. El día 7 de noviembre se pone en marcha el convoy, tocando Paita, y cuando llega a Guayaquil se queda dando escolta el bergantín Peruano mientras que la fragata se adelanta para reconocer la Punta de Santa Elena, teniendo la fatalidad de embarrancar al Sur de dicha punta. Es la noche del 16 de noviembre. Se da aviso al convoy mediante el disparo de varios cañonazos, y se envía un bote al Peruano para comunicar la situación de la fragata. Esta estaba atravesada a la mar y tumbada a barlovento. Las olas inundaban el buque. Las cubiertas se desprendieron y muchos se sujetaron a los fragmentos del buque, siendo rescatados por el bergantín y las otras unidades del convoy. También acudieron la corbeta Castor que se encontraba en Valparaíso y el bergantín Limeño. Los náufragos fueron llevados a una playa, donde 48 heridos fueron trasladados a Guayaquil y se enterraron 58 cadáveres, habiendo desaparecidos 82 hombres; por lo que 140 personas perdieron la vida y 48 resultaron heridos. A bordo había 339 personas, entre dotación, pasaje y prisioneros ingleses. Entre los ahogados estaba el médico-cirujano Mauricio Roa. La gente había quedado alojada en la playa, en campamentos con almacén para guardar pertrechos, solicitándose víveres a la base más cercana. Ahora quedaba la misión de rescatar los caudales que transportaba el buque y había que esperar que mejorara el tiempo y que la mar estuviera en calma. Así se llega al mes de enero de 1801, cuando se puede bucear y se consigue rescatar un millón ocho mil y pico de pesos. Quedan doscientos mil pesos esparcidos por el fondo marítimo que no pueden ser rescatados. Se puede extraer 28 cañones y una cantidad de pertrechos.
En 1803 se celebró en Cádiz un Consejo de Guerra para juzgar este naufragio, quedando absuelto el comandante del buque

BIBLIOGRAFÍA

FERNÁNDEZ DURO, C. Naufragios de la Armada española. Establecimiento tipográfico de Estrada, Díaz y López. Madrid, 1867
GARCÍA ECHEGOYEN, F.J. “Los mayores naufragios en la Historia de la Armada española. El siglo XIX”.naufragios.es
HISTORIA NAVAL DE ESPAÑA Y PAISES DE HABLA ESPAÑOLA.
“Fragata Leocadia, Santa 1777”.todoavante.es
PREGUNTA SANTORAL. “Santa Leocadia, la mártir de Toledo”. 9 de diciembre de 2010





No hay comentarios:

Publicar un comentario