Jesús se dirige a Jerusalén y, al llegar al Monte de los Olivos, envía a
dos de sus discípulos, diciendo: Id a la
aldea que está frente a vosotros, y, al entrar, hallaréis un asna atada y con
ella un pollino. Desatadlos y traédmelos. Si alguien os lo impide, responded
que el Señor los ha menester. Los discípulos hicieron lo que Jesús había
mandado, trajeron los animales, y pusieron sobre ellos sus vestidos, y le
hicieron sentar encima. Una gran muchedumbre tendió sus vestidos en el camino,
mientras que otros cortaban ramas de los arboles para alfombrar el suelo. Iban
gente delante y otros le seguían. Todos gritaban: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene con el nombre del
Señor!
Algunos fariseos, de entre la multitud, le dijeron a Jesús: Reprende a tus discípulos. No cabe duda
que Jesús y su doctrina les molestaba. Pero Jesús respondió: Os digo que si estos callaran las piedras
clamarían.
La Semana Santa es la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de
Jesús de Nazaret. Es una fecha de intensa actividad litúrgica dentro de las distintas
confecciones cristianas, pues la celebran, además de la Iglesia Católica
Romana, la Iglesia Ortodoxa, aunque en fechas distintas, y los luteranos,
anglicanos, metodistas, y presbiterianos. El Domingo de Ramos, Jesús entra
triunfal en Jerusalén, como acabamos de ver. El Jueves Santo celebra la Eucaristía.
El Viernes Santo es la Crucifixión. Entre la noche del Sábado Santo hasta el Domingo
siguiente, se celebra la Resurrección. Durante toda la Semana se representarán
escenas de la Pasión mediante sus procesiones.
Las hermandades tienen su auge en el siglo XVI, pero esta devoción a la
Pasión de Cristo había comenzado, en realidad, en el siglo XIII. El pueblo
había comenzado a interesarse en la figura de Jesús como hombre. San Francisco
de Asís destacaba el carácter humano de Cristo, el cual se expresará desde el
nacimiento hasta su Pasión y Muerte en la cruz. Las cofradías nacieron para
contemplar la Pasión y Muerte de Jesús. Hoy en día, a partir del Concilio
Vaticano II, se comienza a dar al Viernes Santo; el sentido de triunfo de
Cristo sobre la cruz. Actualmente, las cofradías han alcanzado también una
dimensión cultural y benéfica.
La gente agolpada en las calles de nuestras ciudades y pueblos contempla el
paso de las imágenes representativas de la Pasión, conducidas de distintas
maneras según las costumbres regionales y locales. Formando parte de esta
representación; la saeta. De sagita o
flecha, es típica de Andalucía y también se canta en Extremadura, Castilla La
Mancha, y Murcia. Son pequeñas canciones que tienen por principal objeto traer
a la memoria del pueblo la Pasión y Muerte de Jesucristo. Estas coplas serán
disparadas, a forma de flechazo, al corazón de la gente noble y sencilla. La
saeta tiene una raíz árabe y estará en relación con la llamada a oración de los
muecines desde las mezquitas, siendo complementada por cantos judíos; salmodias
sefardíes, y estructurados por cantos procesionales cristianos, llevados por
misioneros franciscanos durante los siglos XVI y XVII. A principios del siglo
XX, la saeta tradicional comienza a dar paso a una saeta flamenca, en sus dos
variantes: seguiriyas y carceleras. Es cantada por cantores saeteros o cantoras
saeteras, normalmente desde un balcón o desde la propia calle, mientras los
asistentes enmudecidos escuchan con atención para al finalizar aplaudir la
intervención, y es típico homenajear al autor con frases como esta: Rey de los Cielos.
Este Lunes Santo, el Cristo de Medinaceli de mi pueblo subía por una cuesta
algo empinada. Enfrente, en un balcón, una saetera que comienza a entonar su
saeta. Es una chica joven. El capataz que dirige el “Paso de Misterio” sobre el
que va la Imagen, y se ha percatado de ello, avisa a los cargadores: Hay enfrente una saetera y si no nos
acercamos va a “echar los pulmones”. La banda de música ha callado y solo
se escucha el leve sonido de algún tambor. La chica parece que pone todos sus
sentimientos en una preciosa canción. El finalizar coincide con la llegada a su
altura del Señor Cautivo, que como el “Paso” es muy alto, parece que alcanza el
balcón. En este momento, la saetera se santigua devotamente, y se queda contemplando
la imagen de Cristo. El público ha aplaudido su actuación y poco después
llegará el “Trono” con la imagen de la Virgen de La Santísima Trinidad que
acompaña a este Cristo, nueva y bonita saeta.
Para finalizar, diremos que hay otros nombres para designar a la Semana
Santa como es el caso de Semana Mayor o Semana Sagrada, con que se conoce en
otros lugares del Mundo, pero en todos ellos se conmemora la Pasión de
Jesucristo, Señor Nuestro. Aunque se quisiera dar un nombre distinto a esta conmemoración porque
Jesús y su doctrina parece ser que desgraciadamente molesta a muchos, también
hoy en día, y si por casualidad se intentara acabar con nuestra educación
cristiana de muchos siglos, en cuyo empeño entregaron la vida muchos mártires
de la Iglesia Católica, la Semana Santa no cambiará porque como dijo Jesús de
Nazaret: Si estos callaran las piedras
clamarían.
Semana Santa en Setenil de las Bodegas (Cádiz). Abril de 2004
Cristo de Urda (Toledo)
BIBLIOGRAFÍA
V. R. A. “Semana Santa. Historia de las cofradías de Pasión”. ABC.es, 21
abril, 2014-21,57 horas. Madrid
WIKIPEDIA.www.wikipedia.org/wiki
ZAHONERO VIVO, J. MARTIN PENALBA, M. A. Elementos
de Religión. Jesucristo según el
Antiguo Testamento y según los Evangelios. Editorial Marfil. Alcoy, 1954
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