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lunes, 1 de enero de 2024

LOS REYES MAGOS

 Martín Descalzo se para en pensar cual sería la actitud de los tres magos de Oriente cuando descubren al Niño y dedica varias páginas en reflexionar sobre lo que llama El asombro de los buscadores.

Se pregunta: ¿Qué esperaban los magos encontrar en Belén? Es posible que la fe de aventureros sufriera un golpe duro al llegar a Jerusalén, porque se encuentran con una ciudad que no está en fiestas por el nacimiento del libertador, y no hay más que ignorancia y miedo. Pero, la fe de estos hombres era demasiado fuerte para quebrarse por este primer desconcierto y siguen sin esperar encontrar un rey triunfador.

No obstante, estaban seguros de que algo grande escondía aquel niño, fajado en humildes pañales. Allí estaban sus padres, aldeanos incultos, mal vestidos y pobres. Aquella cueva o aquella casa (si es que habían abandonado el pesebre) desprendía pobreza. Ellos eran nobles y grandes, acostumbrados a visitar las casas de los poderosos, y quizás no habían conocido una pobreza como aquella.

Aquel bebé no hablaba. No había rayos de oro sobre su cabeza, y no cantaban los ángeles. Se preguntarían una y otra vez: ¿podía ser aquello el esperado?. Disponía de estrellas en el cielo y su casa no tenía más que olor a estiércol.

Pronto comenzaron a entender que en Jerusalén nadie supiera nada. Pero, lo que no entendían era todo lo demás. Quizás por algo de egoísmo, aunque venían con fe, de paso pretenderían conseguir estar a bien con quien iba a mandar en el futuro.

Les asaltaba una gran duda: ¿Este iba a ser el poderoso vencedor? pues los reyes no son así ni nacen así. ¿Sería Dios?. Todavía más dudas. Se imaginarían a un dios dorado de una gran estatua y aquella criatura aparecía llena de inocencia, pequeñez y pobreza. 

La madre y el bebé sonreían con una sonrisa encantadora, pero la sonrisa en el mundo no es moneda cotizable frente a las poderosas espadas. Se les vendría a sus cabezas que si éste era Dios y que si era el esperado, seguro que venía para ser derrotado. Pues, nacido así no podía tener otro final que una muerte horrible, y lo presentían. Incluso lo adivinaban en la mirada de la madre.

Sim embargo, sus corazones comenzaron a reblandecerse. Señala Martín Descalzo que sin ninguna razón y sin ningún motivo, supieron que aquel niño era Dios y se dieron cuenta de que estaban equivocados. Si Dios existía tenía que ser aquello, aquel pequeño amor.

Se sintieron niños y se sintieron verdaderos, y se dieron cuenta de que en aquel momento comenzaron a vivir. Se arrodillaron de inmediato, pues entendieron que el único valor verdadero era aquel niño llorando. 

Siglos después, el ilustre poeta malagueño Jorge Guillén escribe:

Dios no es rey, ni parece rey

Dios no es suntuoso ni rico

Dios lleva en sí la humana grey

y todo su inmenso acerico

Para Martín Descalzo, cuando los magos se arrodillan se dan cuenta de dos cosas: de que eran felices, y de que hasta entonces no lo habían sido nunca.

El Papa Francisco escribe:

En el día de hoy debemos sentir de cerca a los Magos, ellos tenían el corazón abierto al horizonte: "Vieron la estrella porque se habían puesto en el camino" (San Juan Crisóstomo). Su ejemplo nos anima a contemplar la estrella y a no conformarnos, sino a dejarnos fascinar por la bondad y la verdad. Ellos reflejan la imagen de todos los que no dejamos de levantar la mirada hacia el firmamento, poniendo en nuestro camino a nuestro Dios, Rey del Universo.

REFERENCIAS

MARTÍN DESCALZO, J.L Vida y misterio de Jesús de Nazaret. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1989

PAPA FRANCISCO. Evangelio 2022. MARTÍNEZ PUCHE, J.A. ÁLVAREZ, J.L. DE COS, J. ORDEN DE PREDICADORES. Edibesa. Madid, 2021.


Los Reyes Magos se dirigen al portal

Los Reyes Magos se presentan ante el Niño

Belén familiar. Maribel y Pedro



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