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lunes, 10 de abril de 2023

PASCUA DE RESURRECCIÓN

CRISTO HA RESUCITADO

Cuenta Martín Descalzo, que para Bruckberger al escribir sobre la vida de Jesús, cada capítulo que abordaba le causaba la impresión de que era el más difícil y una vez superado este apartado los demás resultarían más fáciles. En cambio, esto no sucedía porque el nuevo capítulo le resultaría igual o aún más difícil. 

Al llegar al último capítulo: el de la resurrección, estas dificultades se habían multiplicado. Da la impresión de que toda la vida de Cristo se juega en este capítulo, porque con la resurrección todo toma sentido y sin ella todo se reduce a la nada. Ni la encarnación sería el nacimiento del Hijo de Dios, ni su muerte sería una redención, sus milagros no serían milagros y no existiría verdaderamente su misterio; si Jesús no hubiera resucitado.

Porque sin este triunfo final, Jesús quedaría reducido a un genio o a un gran aventurero, o peor a un loco iluminado. Martín Descalzo se pregunta:  ¿Que sería de nosotros, creyentes, sin eta resurrección, que sentido tendría nuestra fe, para que serviria nuestra Iglesia, en que oceano se perderían nuestras oraciones, si Jesús hubiera sido devorado por la muerte?

San Pablo dice: Si Cristo no resucitó; vana es nuestra fe, vana nuestra predicación. 

Creeriamos en vano y en vano esperariamos. Nos alimentariamos de sueños y dedicariamos nuestras vidas en dar culto al vacio. Perderiamos todo aquello que habíamos sacrificado y nuestra alegría sería grotesca. Nuestra esperanza, la más amarga.

Algo muy parecido debieron experimentar en la noche de aquel sábado los amigos de Jesús. La enormidad de su pérdida, pues habían entregado al Maestro la totalidad de sus vidas, y más allá de sus aspiraciones. Se habían entregado con todo su ser, habiendo abandonado sus familias y sus medios de vida. Le habían seguido con una total entrega, dentro de sus miedos y de sus fallos. Creian en Él con la cabeza, con el corazón, y con la fe. Vieron que con Él giraba el sentido del mundo. 

Ahora, había muerto y dicha muerte en cruz no era para ellos solo la desaparición de un amigo, ni la pérdida de un amor, sino que representaba el hundimiento de todo el mundo. Con su muerte lo habían perdido todo y empezaban a preguntarse si al morir Él, no habían muerto también ellos. 

La otra pregunta  que se hace el Padre Martín Descalzo es: ¿Esperaban su resurrección? y responde diciendo que si hacemos excepción de María, su madre, nadie la esperaba. La muerte de Jesús era para ellos tan definitiva como puede ser para nosotros la del mejor amigo que tengamos en este mundo, y los amigos de Jesús habían entrado en una resignación ciega. Pero, ¿no recordaban la resurrección de Lázaro? y ¿por que no Jesús?. Esta pregunta se la harían una y otra vez y se responderían que Lázaro había sido despertado por Jesús y ahora no estaba el que despertarse. No obstante, en algún momento pudieron imaginarse a Jesús regresando junto a ellos.


Domingo de Resurrección. Diarío de Cádiz


REFERENCIAS

MARTÍN DESCALZO, J.L. Vida y misterio de Jesús de Nazaret. 

Ediciones Sígueme. Salamanca, 1998


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