GALICIA MÁXICA
SANXENXO
.A Madama de Silgar. Detalles de la escultura de Alfonso Vilar (1995)
Detalle de las aves marinas
GALICIA MÁXICA
SANXENXO
.A Madama de Silgar. Detalles de la escultura de Alfonso Vilar (1995)
Detalle de las aves marinas
ANDALUCÍA BELLA
LA PROVINCIA DE CÁDIZ
ALCALÁ DE LOS GAZULES
En la Comarca de la Janda y en la Ruta del toro
ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS SANTOS
Puerta de entrada a la ermita
ANATOMIA LOBAR
CISURAS
El lóbulo de la ácigos se forma por el desarrollo anómalo de la vena ácigos, que surca el lóbulo superior derecho. El lóbulo de la ácigos está separado del resto del lóbulo superior derecho por la cisura ácigos.
La cisura accesoria inferior separa el segmento basal medial del lóbulo inferior del resto del lóbulo. Se ve en un pequeño porcentaje de individuos.
La cisura menor, la ácigos y la accesoria inferior se ven con cierta frecuencia en el pulmón derecho, pero casi nunca en el pulmón izquierdo.
La cisura accesoria superior, separa el segmento superior de ambos lóbulos inferiores del resto del lóbulo inferior, en un porcentaje no muy grande de casos.
La cisura accesoria superior puede verse en ambas proyecciones, frontal y lateral. En la proyección lateral puede confundirse con la cisura menor, porque están a la misma altura.
Felson et al
FELSON, B. WEINSTEIN, A, SPITZ, H. Principios de Radiología Torácica.
Editorial Científico-Médica. Barcelona, 1974
ANATOMÍA LOBAR
El pulmón derecho es más grande que el izquierdo, porque el corazón penetra más en este último.
El pulmón izquierdo tiene dos lóbulos: lóbulo superior y lóbulo inferior.
El pulmón derecho tiene tres lóbulos: lóbulo superior, lóbulo medio y lóbulo inferior.
Cada lóbulo se encuentra cubierto por la pleura visceral y esta recubriendo las superficies adyacentes de los lóbulos forman el septo, que separa dichos lóbulos.
El espacio entre los septos adyacentes se llama cisura interlobar. De esta manera, los lóbulos adyacentes se encuentran separados por un septo o cisura, utilizamos estos dos términos indistintamente.
Como, un septo tiene un grosor menor de un milímetro, el haz de rayos debe incidir paralelo a su eje mayor para que resulte visible en la radiografía.
La cisura oblicua o mayor del pulmón izquierdo separa el lóbulo superior del lóbulo inferior.
La cisura mayor cruza oblicuamente hacia abajo, desde la altura aproximada de la quinta vértebra dorsal hasta el diafragma, en un punto inmediatamente por detrás del ángulo costofrénico anterior.
En el pulmón derecho, la cisura mayor separa los lóbulos superior y medio del lóbulo inferior.
La cisura menor u horizontal separa el lóbulo medio del lóbulo superior derecho. La cisura menor se ve en las proyecciones frontal y lateral.
La cisura menor va desde la pared anterior del tórax hasta intersectar la cisura mayor.
La situación de la cisura menor es variable. Cuando la posición de la cisura menor es más baja, el lóbulo medio es más pequeño.
La cisura menor puede intersectar la pared lateral del tórax a cualquier nivel, entre la porción anterior de la segunda y sexta costillas, pero casi siempre lo hace a la altura aproximada de la cuarta costilla.
La cisura menor falta anatómicamente o es incompleta en el 25% de los individuos.
PULMÓN DERECHO
1). Cisura menor
2). Cisura mayor
3). Cisura menor
4). Lóbulo superior derecho
5). Lóbulo medio derecho
6). Lóbulo inferior derecho
PULMÓN IZQUIERDO. Proyección lateral
FELSON, B. WEINSTEIN, A, SPITZ, H. Principios de Radiología Torácica.
Editorial Científico-Médica. Barcelona, 1974
Hemos visto su estrella y venimos a adorarle. Mateos 2,2
Martín Descalzo nos hace la siguiente reflexión: ¿Cómo pudieron entender que la estrella hablaba de aquel niño esperado?. ¿Cómo tuvieron el valor de abandonar sus casas y lanzarse a la aventura de buscar a ese niño?. Acaba diciendo, que la aventura del Dios que se hace hombre comenzaba a hacerse contagiosa.
Durante el largo viaje es probable que la fe de algunos de ellos se vinera abajo, o la esperanza, o ambas, pero sus otros compañeros le alentarían, porque se trataba de una locura compartida.
¿Emprendieron aquel largo camino porque una estrella se había encendido en el cielo?. Más bien, la estrella se encendió en sus almas. Cuando llegan a Jerusalén no encuentran una ciudad encendida en una gran fiesta, sino una ciudad muerta y silenciosa, y cuando preguntan donde está el nuevo rey de los judíos, no encuentran respuesta. Sus interlocutores mostrarían espanto y algunos huirían sin abrir la boca.
Cuando aquellos bondadosos magos, llegados de Oriente, toman contacto con Herodes y les pregunta por aquel nuevo rey, dice el evangelista que Herodes se turbó y toda la ciudad con el. Herodes se veía amenazado, y el pueblo, aunque la noticia les hacia renacer la esperanza de que alguien viniera a librarles del tirano, temían que se desencadenara un rio de sangre.
Pero, la fe de los viajeros era lo suficientemente fuerte para no quebrarse en este primer desconcierto y comenzaron a entender que no se iban a encontrar con un rey triunfador, porque este hecho ya se habría conocido en todo Jerusalén. Sin embargo, estaban seguros que algo muy grande se escondía en aquel niño.
No cabe duda que sus corazones se reblandecieron y entendieron que no era Dios el que se equivocaba, sino ellos imaginándose a un Dios solemne y pomposo, porque Dios tenia que ser aquello, y de inmediato se arrodillaron ante El.
REFERENCIAS
MARTÍN DESCALZO, J.L. Vida y Misterio de Jesús de Nazaret
Ediciones Sígueme. Salamanca, 1989