EDAD MODERNA
LA BOTICA DEL REAL HOSPITAL DE MARINA DE CÁDIZ
En la Botica
del Real Hospital de Marina de Cádiz llegaron a existir los siguientes cargos:
Boticario
Inspector de Medicinas. Se
ocupaba del repuesto de las medicinas, tanto del hospital como de las
enfermerías de los buques y dependencias de la Armada. De la calidad de estas.
De todos los utensilios empleados y también vigilaba la elaboración de medicamentos. Daba
anualmente una lección o curso de Farmacia a los alumnos del Colegio de Cirugía. Se
estableció que cada seis meses debía inspeccionar la Botica y examinar los
géneros.
Boticario
Mayor. Debía velar por el buen repuesto y
composición de las medicinas, recibir el Formulario de Medicinas, tener en la
Botica todas las medicinas simples y compuestas, asistir a la elaboración de
los medicamentos. Reconocer todos los botes, vasos y demás utensilios de la Botica.
Examinar a todos los practicantes y mozos destinados a trabajar en ella. Informar de todos los
boticarios. Inspeccionar el cumplimiento de las guardias y llevar a cabo la distribución del personal en sus
puestos de trabajo. Encargarse de que el personal de la Botica distinga las
medicinas recetadas, existiendo un cuaderno de registro, donde debe figurar los
datos del enfermo, el número de la cama y la sala donde se encuentra
hospitalizado.
Encargarse
de que las medicinas estén dispuestas en vasos, tarros y utensilios
correspondientes para la su distribución en hora señalada por el facultativo.
Relevar a los boticarios en caso de necesidad.
Mantener
el orden en la Botica y asistir a las visitas de inspección que había de
realizar el Protomédico o bien el Cirujano Mayor, acompañados por el Boticario
inspector de medicinas, Ministro del hospital y Contralor.
Boticarios. Estaban subordinados a los facultativos del hospital, boticario inspector de medicinas y boticario mayor, respecto a la
profesión, mientras que en lo gubernativo y económico dependían del contralor
del hospital.
Para ser
admitidos tenían que superar un examen, en presencia del boticario mayor y del
inspector de medicinas. Asistían en horarios de mañana y tarde a la botica,
cuyo turno era señalado por el boticario mayor.
Debían
ejecutar todas las órdenes respecto a la reposición de las medicinas y reconocimiento
de las simples y compuestas, así como la elaboración de ellas. Eran nombrados
por el boticario mayor para asistir a las visitas de los facultativos, en horas
señaladas, y provistos de un cuaderno o lista para anotar el nombre del
enfermo, número de la cama, sala, y las medicinas recetadas. Debían recoger la firma
del facultativo, una vez terminada la visita, dando una copia.
Al día
siguiente, debía mostrarse al facultativo el cuaderno para que se enterara de
lo mandado el día anterior. Estos cuadernos debían conservarse de un mes para
otro.
Debian de
disponer siempre de todas las medicinas recetadas que constaban en el cuaderno de
visita, las cuales eran conducidas a las salas en tarros o vasos para luego ser
distribuidas en las horas señaladas, asegurándose tanto el número de la cama
como el nombre del enfermo.
Los
boticarios montaban guardias de noche para atender las urgencias, dando los
medicamentos indicados por los practicantes mayores de servicio.
Era siempre indispensable su asistencia a la elaboración de los medicamentos y además debían
de asistir a la lección de farmacia que anualmente daba el inspector de
medicinas, en las que se trataba de la elaboración de estas y conocimiento de las
plantas medicinales.
Debian también intervenir con suma atención y esmero en la elaboración de tisanas, cocimientos, tinturas, fomentos, clisteres, y
demás medicamentos externos que fueren recetados en las visitas.
Para
ausentarse de la botica precisaban la autorización del boticario mayor,
manifestando siempre los motivos o urgencias surgidas y sin excederse del
tiempo autorizado.
No podían
sacar género de la botica sin la autorización del boticario mayor.
Debian
cuidar de la conservación de todos los efectos y utensilios, y también de la
limpieza de los tarros, vasos y botes de uso diario destinados al suministro de
medicamentos.
Debian
conservar entre si y con los demás empleados del hospital la mejor unión
posible.
Debian de
acreditar bastante celo, eficacia, amor al Real Servicio, atendiendo al beneficio y
asistencia de los enfermos.
Personal
auxiliar de la Botica.
Tisaneros.
Se encargaban del cuidado de las
tisanas y cocimiento, así como del aseo y limpieza de la botica. Debian asistir
a la elaboración de las medicinas. Debian conocer el nombre del enfermo al que estaba destinado el remedio, número
de cama y sala, para no equivocarse en la distribución de las tisanas y
cocimientos, las cuales debían de darse en las horas que hubiera señalado el
facultativo durante su visita. Montaban sus guardias correspondientes. Después
de las visitas de los facultativos debían de preocuparse de los enemas mandados
a suministrar, sabiendo los ingredientes. Debían de enterarse de los
cocimientos, sujetándose siempre a la forma y método indicado por el boticario
mayor.
Topiqueros.
Se encargaban de la administración de
los remedios externos como aceites, fomentos o cataplasmas. Estaban a las
órdenes del boticario mayor y demás boticarios. Llevaban a las salas los
aceites y demás clases de tópicos, recibiendo de los boticarios el extracto de
todo lo mandado, expresando el nombre del enfermo, número de la cama y sala, además
del modo de suministrarse. Debian de trabajar en la botica las horas señaladas
del día, no pudiéndose ausentar de ella sin la autorización del boticario mayor
y sin excederse del tiempo autorizado. Debía de haber siempre uno de guardia y contribuían
al aseo y limpieza de la botica, así como cuidar la conservación de los
géneros.
Untureros
. Se encargaban de las unturas a los
enfermos. Asistían a la botica en horas señaladas de mañana y tarde. Para
abandonar el trabajo debían pedir permiso al boticario mayor o al boticario, en
ausencia de aquel. Montaban guardias según necesidades. Debían dar unturas
ordinarias y venéreas, establecidas por los facultativos y tomando de los
boticarios el nombre del enfermo, número de cama y sala. Además, las horas y
tiempo en que han de darse.
Clistereros.
Eran los encargados de los clisteres.
Era un remedio muy utilizado y el encargado de su administración debían
permanecer en la botica mañana y tarde para que después de las visitas de los
facultativos, tomaran notas de los boticarios. Recibían de los tisaneros o en
la botica los cocimientos, aceites, y demás compuestos de los clisteres
recetados, para administrarlos a las horas señaladas y teniendo en cuenta
nombre del enfermo, número de cama y sala.
Todo este
personal auxiliar de la botica debía observar buena conducta con un
cumplimiento esmerado de sus deberes, acreditar celo, la mayor caridad y buen
trato con los enfermos. Debían atender a la mejor unión entre ellos y con todos
los empleados del hospital.
BIBLIOGRAFÍA
GALÁN
AHUMADA, D. La Farmacia y la Botánica en el Hospital Real de Marina de
Cádiz.
Editorial
Naval. Madrid, 1988.
ROCA
NÚÑEZ, J.B. Los otros de Trafalgar. Publicaciones del Sur Editores.
Sevilla, 2011.
La Botica. Obra del artista italiano Pietro Longhi. Siglo XVIII. Medicina. La Historia de la curación. John Crellin. "Plantas medicinales". 2002; 82
Evocación al Recetario antiguo. Obra de Francisco Sillue Ramoneda. Cedido por Laboratorios Knoll.
Fachada frontal con puerta de entrada al Real Hospital de Marina de Cádiz. Fotograbado. Salvador Clavijo. Historia del Cuerpo de Sanidad Militar de la Armada.Tipografía de Fernando Espín Peña. San Fernando (Cádiz). 1925; 60
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