Recientemente ha fallecido en
Madrid, donde tenia fijada su residencia, el general de división médico Don
Juan Martínez Muñoz. Había nacido en 1937, en la localidad de Mazarrón,
provincia de Murcia, en donde ejercía de médico su padre. Fue el segundo de una
familia de tres hermanos. Pronto sintió la vocación de la medicina y cursó los
estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid, donde conoció
a su esposa Benicia Vidal Galache, médico como el y compañera de curso,
fallecida en noviembre de 2017.
Al finalizar la carrera, ingresa
por oposición en el Cuerpo de Sanidad de la Armada. En sus comienzos como
oficial médico, se mueve por el Departamento Marítimo de Cartagena, embarcando
para cumplir condiciones de embarque, en el antiguo petrolero de la Armada Teide. Al terminar el tiempo de
condiciones, se examina para obtener plaza de alumno en la antigua especialidad
de Pulmón y Corazón. Obtenida dicha plaza, pasa a la Dirección de Enseñanza
Naval, como alumno de esta especialidad que la estudia entre el Sanatorio
Antituberculoso y de enfermedades del Tórax de la Armada, en los Molinos, y la
Clínica Nuestra Señora de la Concepción de Madrid, de la fundación Jiménez
Díaz. Una vez obtenido el nombramiento de Médico especialista en Aparatos
Respiratorio y Cardiocirculatorio; es destinado al Hospital de Marina de San
Carlos, en el Departamento Marítimo de Cádiz, en la década de los 70, a la
antigua clínica de Tisiología que pronto cambiará este nombre por el de Clínica
de Pulmón y Corazón.
Durante su destino en el Hospital
de San Carlos, fija su residencia en San Fernando y después de algunos años se
traslada a la capital, Cádiz. El Hospital de Marina en el Departamento Marítimo
de Cádiz es un antiquísimo hospital, abierto en plena Guerra de la
Independencia española y que había sido reformado y ampliado a lo largo del
tiempo. En sus comienzos, el capitán médico Martínez Muñoz trabaja solo, como
único especialista, y el director, cuando puede, le envía algún médico ayudante
entre el personal que cumple, en la categoría de marinero, el servicio militar
en el centro. Otras veces, le llegará algún teniente médico, recién salido, que
además de cumplir en el servicio de guardias, completaba su formación en la
clínica.
Junto al personal médico, el de
enfermería; compuesto por un enfermero militar (Ayudante Técnico Sanitario o
A.T.S.), con el empleo de Brigada o Subteniente, una Auxiliar de Clínica, y un Administrativo.
A este personal podía añadirse algún marinero que estuviera cumpliendo el
servicio militar, además del ordenanza. La Clínica de Pulmón y Corazón, además
de la hospitalización en las distintas salas del centro, contaba con un
pabellón reservado a los enfermos contagiosos, regido por una Hermana de la
Caridad de la Orden de San Vicente de Paul.
El trabajo se acumulaba, porque
además de atender a pacientes hospitalizados se atendía a la consulta externa, y
la inclusión de la realización de la función médico-pericial, con el
reconocimiento del personal de Armada, en sus distintas categorías, con el
objeto de determinar aptitud o invalidez para el servicio general o
determinados cometidos. Pero, a pesar de ello, Juan Martínez tenía tiempo
suficiente para ejercer unas de las actividades que más le gustaba, el de la
enseñanza. Hombre estudioso, procuraba estar al día en su especialidad, gran
maestro y didacta. Buen deportista, practicó durante una larga etapa de su vida
el senderismo, recorriendo la sierra de Cádiz. Alternó esta actividad con la
práctica de la natación, la cual la llevaba a cabo, en su tiempo libre, en la
playa de “Torregorda”, incluso en invierno. Más tarde, comenzó a realizar
footing a diario. Fue aficionado a la caza y le gustaba la música clásica. Alternaba
todas estas actividades con la consulta privada, tres días a la semana, en una
casa de la calle San Diego, en San Fernando.
Con el tiempo le llegan
destinados a la clínica dos especialistas que acababan de obtener el título, y
junto a otros dos oficiales médicos, agregados, se cuenta con un extraordinario
equipo, en el que Juan Martínez con sus buenas dotes de organizador, consigue
encausar. Ha ascendido a comandante médico y se le confirma en el mismo
destino.
En el año de 1981, la Armada ha
construido, junto al viejo centro, un nuevo hospital que llevará el mismo
nombre, y se realizará el traslado al nuevo edificio en el mes de junio del
mismo año.
El recién estrenado Hospital de
Marina de San Carlos cuenta con 12 plantas, aumenta el número de enfermos
hospitalizados y el que acude a las consultas externas. Paralelamente se
intensifica la actividad docente. Diariamente hay una sesión clínica matinal,
donde se trata de algún caso ingresado o de algún tema de interés. Además;
habrá una charla semanal en el salón de actos, sobre temas generales que
abarcan todas las especialidades, en el que participan todos los médicos del
centro.
Juan Martínez destaca siempre por
su gran preparación y la manera tan amena y sencilla que tiene de exponer sus
temas. Su favorita es la radiología torácica, donde trata de forma sencilla y
divertida sobre los signos de la “silueta” y del “broncograma aéreo”.
Junto al personal de su servicio,
publicó numerosos casos clínicos. En muchas actividades participaba su esposa
Beni, que siempre le fue de gran ayuda. Dio conferencias en distintos centros,
como la Facultad de Medicina de Cádiz y Colegio Médico de la capital. Acudió a
importantes congresos, en España y en el extranjero.
Fue innovador. Junto al servicio
de cirugía se ocupó de colocar los primeros marcapasos cardiacos. Realizaba el
drenaje de neumotórax, enseñándoselo a sus médicos, y sobre todo fue un gran
broncoscopista, técnica que manejaba con gran habilidad, tanto el antiguo
broncoscopio rígido como los nuevos flexibles.
Por su servicio comenzaron a desfilar
numerosos médicos jóvenes; pertenecientes al Cuerpo y que habían sido
destinados al Hospital, o bien pertenecientes a la Escala de Complemento, y que
realizaban sus prácticas hospitalarias. Así como médicos civiles, recién
terminados, que previo conocimiento del Director y autorización de la Suprema
Autoridad Departamental, acudían a aprender. Algunos de ellos, ingresaron
posteriormente en el Cuerpo de Sanidad de la Armada, mientras otros obtuvieron
los Diplomas de Especialista, en esta especialidad o en otra.
En el año 1986, coincidiendo con
el ascenso a teniente coronel, se le concede destino en el Sanatorio de Marina
de los Molinos como jefe de un Servicio de Neumología, permaneciendo en este
centro hasta 1990. En este año, entra en vigor la nueva ley de la Función Militar
y se unifican los Cuerpos de Sanidad de Ejército de Tierra, Armada y Ejército
de Aire; en el Cuerpo Militar de Sanidad, dentro de los Cuerpos Comunes de las
Fueras Armadas.
Es destinado al Cuartel General
de la Armada, ocupando, en el empleo de coronel, la secretaria de la Dirección
General de Sanidad. Continúa en este destino, ocupándose cuando asciende a
general de brigada, de la asistencia sanitaria de la Armada.
Por Real Decreto de 24 de julio
de 1998, se promueve a general de división, y con este empleo, en 10 de agosto
es nombrado Director de Sanidad de la Armada. Cargo que ocupará hasta su cese.
Juan Martínez Muñoz fue un
extraordinario médico, muy buen maestro, gran organizador, jefe recto. También
fue un excelente padre de familia.
DESCANSE EN LA PAZ
DEL SEÑOR.
Detalles de la puerta principal de acceso al Sanatorio de Marina de los Molinos en la Sierra de Guadarrama. Año 1978.
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