Política de uso de cookies

jueves, 20 de diciembre de 2018

RÉQUIEM POR UN MÉDICO MILITAR.


Recientemente ha fallecido en Madrid, donde tenia fijada su residencia, el general de división médico Don Juan Martínez Muñoz. Había nacido en 1937, en la localidad de Mazarrón, provincia de Murcia, en donde ejercía de médico su padre. Fue el segundo de una familia de tres hermanos. Pronto sintió la vocación de la medicina y cursó los estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid, donde conoció a su esposa Benicia Vidal Galache, médico como el y compañera de curso, fallecida en noviembre de 2017.
Al finalizar la carrera, ingresa por oposición en el Cuerpo de Sanidad de la Armada. En sus comienzos como oficial médico, se mueve por el Departamento Marítimo de Cartagena, embarcando para cumplir condiciones de embarque, en el antiguo petrolero de la Armada Teide. Al terminar el tiempo de condiciones, se examina para obtener plaza de alumno en la antigua especialidad de Pulmón y Corazón. Obtenida dicha plaza, pasa a la Dirección de Enseñanza Naval, como alumno de esta especialidad que la estudia entre el Sanatorio Antituberculoso y de enfermedades del Tórax de la Armada, en los Molinos, y la Clínica Nuestra Señora de la Concepción de Madrid, de la fundación Jiménez Díaz. Una vez obtenido el nombramiento de Médico especialista en Aparatos Respiratorio y Cardiocirculatorio; es destinado al Hospital de Marina de San Carlos, en el Departamento Marítimo de Cádiz, en la década de los 70, a la antigua clínica de Tisiología que pronto cambiará este nombre por el de Clínica de Pulmón y Corazón. 
Durante su destino en el Hospital de San Carlos, fija su residencia en San Fernando y después de algunos años se traslada a la capital, Cádiz. El Hospital de Marina en el Departamento Marítimo de Cádiz es un antiquísimo hospital, abierto en plena Guerra de la Independencia española y que había sido reformado y ampliado a lo largo del tiempo. En sus comienzos, el capitán médico Martínez Muñoz trabaja solo, como único especialista, y el director, cuando puede, le envía algún médico ayudante entre el personal que cumple, en la categoría de marinero, el servicio militar en el centro. Otras veces, le llegará algún teniente médico, recién salido, que además de cumplir en el servicio de guardias, completaba su formación en la clínica.
Junto al personal médico, el de enfermería; compuesto por un enfermero militar (Ayudante Técnico Sanitario o A.T.S.), con el empleo de Brigada o Subteniente, una Auxiliar de Clínica, y un Administrativo. A este personal podía añadirse algún marinero que estuviera cumpliendo el servicio militar, además del ordenanza. La Clínica de Pulmón y Corazón, además de la hospitalización en las distintas salas del centro, contaba con un pabellón reservado a los enfermos contagiosos, regido por una Hermana de la Caridad de la Orden de San Vicente de Paul.
El trabajo se acumulaba, porque además de atender a pacientes hospitalizados se atendía a la consulta externa, y la inclusión de la realización de la función médico-pericial, con el reconocimiento del personal de Armada, en sus distintas categorías, con el objeto de determinar aptitud o invalidez para el servicio general o determinados cometidos. Pero, a pesar de ello, Juan Martínez tenía tiempo suficiente para ejercer unas de las actividades que más le gustaba, el de la enseñanza. Hombre estudioso, procuraba estar al día en su especialidad, gran maestro y didacta. Buen deportista, practicó durante una larga etapa de su vida el senderismo, recorriendo la sierra de Cádiz. Alternó esta actividad con la práctica de la natación, la cual la llevaba a cabo, en su tiempo libre, en la playa de “Torregorda”, incluso en invierno. Más tarde, comenzó a realizar footing a diario. Fue aficionado a la caza y le gustaba la música clásica. Alternaba todas estas actividades con la consulta privada, tres días a la semana, en una casa de la calle San Diego, en San Fernando.
Con el tiempo le llegan destinados a la clínica dos especialistas que acababan de obtener el título, y junto a otros dos oficiales médicos, agregados, se cuenta con un extraordinario equipo, en el que Juan Martínez con sus buenas dotes de organizador, consigue encausar. Ha ascendido a comandante médico y se le confirma en el mismo destino.
En el año de 1981, la Armada ha construido, junto al viejo centro, un nuevo hospital que llevará el mismo nombre, y se realizará el traslado al nuevo edificio en el mes de junio del mismo año.
El recién estrenado Hospital de Marina de San Carlos cuenta con 12 plantas, aumenta el número de enfermos hospitalizados y el que acude a las consultas externas. Paralelamente se intensifica la actividad docente. Diariamente hay una sesión clínica matinal, donde se trata de algún caso ingresado o de algún tema de interés. Además; habrá una charla semanal en el salón de actos, sobre temas generales que abarcan todas las especialidades, en el que participan todos los médicos del centro.
Juan Martínez destaca siempre por su gran preparación y la manera tan amena y sencilla que tiene de exponer sus temas. Su favorita es la radiología torácica, donde trata de forma sencilla y divertida sobre los signos de la “silueta” y del “broncograma aéreo”.
Junto al personal de su servicio, publicó numerosos casos clínicos. En muchas actividades participaba su esposa Beni, que siempre le fue de gran ayuda. Dio conferencias en distintos centros, como la Facultad de Medicina de Cádiz y Colegio Médico de la capital. Acudió a importantes congresos, en España y en el extranjero.
Fue innovador. Junto al servicio de cirugía se ocupó de colocar los primeros marcapasos cardiacos. Realizaba el drenaje de neumotórax, enseñándoselo a sus médicos, y sobre todo fue un gran broncoscopista, técnica que manejaba con gran habilidad, tanto el antiguo broncoscopio rígido como los nuevos flexibles.
Por su servicio comenzaron a desfilar numerosos médicos jóvenes; pertenecientes al Cuerpo y que habían sido destinados al Hospital, o bien pertenecientes a la Escala de Complemento, y que realizaban sus prácticas hospitalarias. Así como médicos civiles, recién terminados, que previo conocimiento del Director y autorización de la Suprema Autoridad Departamental, acudían a aprender. Algunos de ellos, ingresaron posteriormente en el Cuerpo de Sanidad de la Armada, mientras otros obtuvieron los Diplomas de Especialista, en esta especialidad o en otra.    
En el año 1986, coincidiendo con el ascenso a teniente coronel, se le concede destino en el Sanatorio de Marina de los Molinos como jefe de un Servicio de Neumología, permaneciendo en este centro hasta 1990. En este año, entra en vigor la nueva ley de la Función Militar y se unifican los Cuerpos de Sanidad de Ejército de Tierra, Armada y Ejército de Aire; en el Cuerpo Militar de Sanidad, dentro de los Cuerpos Comunes de las Fueras Armadas.
Es destinado al Cuartel General de la Armada, ocupando, en el empleo de coronel, la secretaria de la Dirección General de Sanidad. Continúa en este destino, ocupándose cuando asciende a general de brigada, de la asistencia sanitaria de la Armada.
Por Real Decreto de 24 de julio de 1998, se promueve a general de división, y con este empleo, en 10 de agosto es nombrado Director de Sanidad de la Armada. Cargo que ocupará hasta su cese.
Juan Martínez Muñoz fue un extraordinario médico, muy buen maestro, gran organizador, jefe recto. También fue un excelente padre de familia.


DESCANSE EN LA PAZ DEL SEÑOR.


Detalles de la puerta principal de acceso al Sanatorio de Marina de los Molinos en la Sierra de Guadarrama. Año 1978.

No hay comentarios:

Publicar un comentario