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lunes, 28 de diciembre de 2015

Estado político y religioso de Palestina a la venida de Jesucristo




Extinguida la monarquía de Judá y terminada la cautividad de Babilonia; el pueblo judío fue gobernado por Pontífices, hasta que fue conquistado por Antíoco IV, rey de Siria. Matatías, padre de los macabeos, lucha durante varios años contra el invasor y al final logra el triunfo y la libertad de su pueblo. Por este motivo, el pueblo eleva a la familia de los macabeos o asmoneos, a la realeza y al sumo sacerdocio. Esta dinastía dura unos sesenta años, pero termina con la imposición de la dinastía de Herodes, aprovechándose de las luchas internas entre los últimos macabeos.
Entonces: El herodiano Antipas, gobernador de Idumea, con la ayuda de los romanos, logra el título de Gobernador de Judea, y su hijo Herodes es nombrado más tarde; Rey de Judea, por decreto del Senado romano, eliminando a los últimos macabeos. Se le conocerá como Herodes el Grande, y durante su reinado nace Jesucristo. A la muerte de Herodes el Grande, su hijo Arquelao hereda Judea y Samaria, pero es depuesto por los romanos y estos dos países se agregan a la provincia romana de Siria. Los judíos se manifiestan como un país difícil de gobernar por ser de carácter fanático, rebelde y de intransigencia religiosa. Por este motivo, el Presidente romano de Siria, tiene grandes dificultades para vigilarles y Roma idea un gobernador especial, llamado: Procurador.
El Sanedrín o Gran Consejo era el más alto tribunal del pueblo judío. Era una institución aristocrática. En el residía el supremo magisterio doctrinal y la administración del Estado pero en tiempos de Jesucristo era exclusivamente una institución de carácter religioso, quedando con una sola autoridad doctrinal. Bajo la presidencia del Sumo Sacerdote, estaba integrado por:
Príncipes de los Sacerdotes, con representantes de veinticuatro clases sacerdotales.
Los escribas o doctores de la Ley, que eran los maestros o intérpretes de la misma.
Los ancianos del pueblo, jefes ilustres de familias de mucho prestigio para el gobierno.
De este modo, podemos resumir: Sesenta y dos años antes del nacimiento de Jesús, los romanos aprovechándose de las luchas civiles entre los asmoneos, descendientes legales de los macabeos, se apoderan de Jerusalén. Veinticinco años más tarde, los romanos reconocen como rey de palestina a Herodes el Grande quien somete a todas las regiones de las riberas del Jordán. Herodes era Idumeo, pueblo semita, y para congraciarse con los judíos restauró el templo de Jerusalén. A su muerte, dividió el reino entre sus hijos. Arquelao heredó Samaria, Judea e Idumea. Pero, depuesto por los romanos, su reino queda convertido en una provincia romana que termina siendo gobernada por procuradores. Mientras tanto; a Herodes Antipas corresponde Galilea y Perea, y a Herodes Filipo, la Iturea y otras regiones del Norte.   

Bibliografía
ZAHONERO VIVO, J. MARTIN PENALVA, M. A. Elementos de Religión. Jesucristo según el Antiguo Testamento y según los Evangelios. Editorial Marfil. Alcoy, 1954

domingo, 20 de diciembre de 2015

Navidad 2015







Habiendo salido un edicto del emperador romano César Augusto, mandando que todo el mundo se empadronase; José con María llegaron de Nazaret a Belén, en Judea, después de recorrer unos 125 Kilómetros, para este fin. Estando en este lugar, se cumplía el tiempo en que María debía de dar a luz. No había sitio para ellos ni en las posadas de la ciudad, ni en casa de los conocidos y parientes, a pesar de haberles pedido hospitalidad. Nació un varón y su Madre lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque era el único sitio que habían encontrado. Había unos pastores en aquella comarca, guardando el ganado, a los que se la apareció un ángel del Señor quien les dijo: No temáis, porque yo os anuncio un grande gozo, que será para todo el pueblo: es que hoy os ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo Señor. Y ésta es la señal que os doy: hallaréis el Niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre. En aquel instante se le juntó al ángel una numerosa milicia celestial que alabando a Dios, decían: Gloria a dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
Como es natural; los pastores no podían salir de aquel estupor pero una vez repuestos, dijeron: Lleguémonos hasta Belén y veamos esto que ha sucedido y que el Señor nos ha manifestado. Cuando llegaron se encontraron a María y a José, con el Niño acostado en el pesebre. Cayeron de rodillas ante el Mesías, ofreciéndole los humildes bienes que poseían, y dice el evangelista San Lucas que los pastores se volvieron alabando y glorificando al Señor por todas las cosas que habían oído y visto.

ZAHONERO VIVO, J. MARTÍN PENALVA, M. A. Elementos de Religión. Jesucristo según el Antiguo Testamento y según los evangelios. Editorial Marfil. Alcoy, 1954
LUCAS. II, 1-7
LUCAS. II, 15-20