Hospitales de la Edad
Media
Aunque el origen de los
hospitales se remonta a tiempos antiquísimos, es en la Edad Media cuando surge
el problema de que los enfermos, heridos, lisiados, peregrinos, desvalidos,
pobres, viudas, huérfanos, y en alguna otra circunstancia; necesitan ser
atendidos en un centro, el cual proporcionará seguridad a sus vidas, tanto en
lo material como en lo espiritual. Distinguiremos distintos sitios de
asistencia hospitalaria:
Hospicio
Atención de los pobres y
huérfanos. También en muchos de ellos se atendieron a los enfermos de la
región.
Albergues
Atención de peregrinos y
caminantes. Situado en los caminos. También en los monasterios.
Leproserías
Internado de los enfermos de
lepra. Abundaron en los siglos XI y XIII.
Hospitales
Poseían mejor instalación que los
hospicios pero mejor cuidados, de dimensiones más grandes y aislados. Podían
tener forma de cruz griega o latina y en la encrucijada se celebraban los actos
religiosos. Las medicinas que se administraban eran de origen vegetal, siendo
las más utilizadas las tisanas, ungüentos y emplastes. Adosado al edificio
había un huerto de cuyas plantas se extraían los medicamentos. En cuanto a las
maniobras médicas-quirúrgicas; se empleaban los torniquetes y enemas, y más
tarde las sangrías. El cuidado que se proporcionaba en estos hospitales lo
podemos resumir de la siguiente manera:
Reposo en cama. Calor.
Alimentación. Cuidado al moribundo. Inhumación de los fallecidos.
Los enfermos graves eran
trasladados a un área especial, la cual quedaba vigilada por un enfermero. Allí
se procedía a la administración de los Sacramentos.
En cuanto a la clase de
enfermeros nos encontramos: Con el enfermero mayor y los enfermeros y
enfermeras menores. El enfermero se ocupaba de recibir al enfermo cuando este
llegaba a la sala, estaba presente cuando el médico pasaba visita y le
informaba de su evolución. Después aplicaba la medicación prescrita. También
era de su obligación: la higiene, alimentación, evacuación, deambulación, y
cuidados generales del hospitalizado. También se ocuparían del lavado de ropa y
utensilios. El enfermero mayor debía proveer el material necesario para uso
hospitalario, así como planificar los turnos de enfermería, siendo responsable
del trabajo y conducta de los enfermeros a su cargo, así como de la limpieza e
higiene del centro. También estaría presente durante la visita del médico.
Enfermerías
Abundaban en los conventos. Mantenían
la misma disposición que los hospitales pero eran más pequeñas y estaban más
aisladas. Había una gran consideración a los enfermos ingresados, sobre todo a
aquellos que reflejaban los estigmas de la pobreza y de la miseria.
En Francia, desde edad antiquísima,
aparecen estos hospitales, de los que podemos comentar algunos de ellos:
Designados con el nombre de Hôtel
Dieu o casa de Dios comienzan a extenderse por todo el territorio. El Hôtel
Dieu de Lyon fue fundado por el Arzobispo de esta ciudad: Sacerdos, en el año
542. Su finalidad fue de albergar peregrinos, huérfanos, pobres, débiles y
enfermos. Era atendido por mujeres laicas, como penitentes de una vida anterior
entregada al pecado, y viudas. Después comenzaron a trabajar en el centro;
hombres, en calidad de sirvientes,y hermanos.
El Hôtel Dieu de Paris fue
fundado en el año 650 por el obispo Landerico y constituyó una puerta abierta
para aquel que sufría. El Papa Inocencio IV aprobó una congregación de mujeres
laicas llamadas hermanas agustinas, por seguir la regla de San Agustín. Hubo
pabellones generales atendidos por hermanos y salas de mujeres atendidas por
hermanas. Los agustinos se encargarían de la admisión y del alta hospitalaria,
así como de la cocina y de la lavandería cuyas coladas eran hechas a orillas
del Sena. También del entierro de los difuntos y de los actos religiosos en
general.
En otros puntos del mundo también
aparecen centros hospitalarios y de acogida con características muy similares,
como es el caso del Hospital del Santo Spirito de Roma. Fundado en 717 quizás
fuera el más grande de los hospitales medievales. Llegó a tener una nave
principal con casi 1000 camas. Hubo pabellones para hombres, mujeres y
convalecientes.
Conforme avanza el tiempo se va
perfeccionado este modelo hospitalario, así como van tomando mayor protagonismo
los médicos, cirujanos y sangradores, pues al principio estos apenas aparecían
y la responsabilidad del enfermo era de la enfermería, llevada a cabo en la
mayoría de los casos por monjes quienes poseían el conocimiento de las
propiedades medicinales de las plantas cultivadas en los huertos de sus
monasterios.
En el año 1260, San Luis, Rey de
Francia, crea el Hospital de Compiègne, llevando al primer enfermo, mientras
que su hermano, Carlos de Anjou, lleva los demás. Se implantó la costumbre de
legar la cama al Hospital. El hospital era espacioso con dos salas; una para
hombres y la otra para mujeres. Cada sala tenía una o varias naves separadas
por columnas. En un extremo; una capilla para que los enfermos, acostados,
pudieran presenciar la celebración de la Misa. Se implantó la costumbre de
colocar a más de un enfermo en la misma cama, incluso si esta era lo suficientemente
amplia podía albergar hasta cinco enfermos. Los hospitalizados se cubrían la
cabeza con un gorro. A cada enfermo se le daba: una taza para el vino, vaso,
escudilla y cuchara de madera. El personal del hospital estaba constituido por
algunos religiosos y religiosas, sacerdotes, y criados. Aparecieron como
postulantes; chicos entre 7 a
8 años y chicas entre 12 a
20 años, quienes después de una prolongada estancia podían ser admitidos en la
comunidad. Cada mañana las hermanas aseaban a los enfermos mientras que los
criados se ocupaban de la limpieza. La jornada era de dos servicios: de seis de
la mañana a siete de la tarde, y la jornada de guardia donde veladores y
veladoras hacían rondas. Todo este trabajo sería controlado por el Prior.
En España, como hemos de suponer,
por sus características de luchas constantes y su peregrinación a la tumba del Apóstol
Santiago; aparecen numerosos centros hospitalarios distribuidos por toda la
superficie hispánica. Después del Hospital fundado en el 589 por el obispo de
Mosova, uno de los primeros hospitales del que tenemos constancia en nuestro país,
a finales del siglo XII, es el Hospital de Guadalferga, instalado en el
castillo de las Guadalerzas, a dos leguas de Yéberes, en la provincia de Toledo.
El recinto amurallado estaba en el N-E de los Montes de Toledo, en un pequeño
cerro, frontera entre cristianos y musulmanes, y a donde llegaban con gran
frecuencia heridos de los enfrentamientos constantes. La institución
hospitalaria, fundada por la Orden de Calatrava, exigía a sus moradores
disciplina espiritual y militar con el objeto de mantener vivo el espíritu
religioso y guerrero además de proporcionar cobijo, comida y cuidados. La sala
hospitalaria estaba constituida por un espacio rectangular con enormes ventanales
en sus costados. Un altar orientado a los lechos para oír Misa y llevar a cabo
los actos religiosos.
El resto de nuestro país está lleno de hospitales, en esta época medieval.
En Cataluña, en el año 1401, se produce la reunión de seis pequeños centros
hospitalarios, y con la Bula del Papa Benedicto XIII se crea el Hospital de
Santa Creus, de grandes dimensiones, con cuatro alas rectangulares y dos
plantas. Todo alrededor de un patio. Martin I “El humano”, rey de Aragón,
Valencia, Mallorca, Córcega y Cerdeña, y Conde de Barcelona; colocó la primera
piedra, aunque las obras no terminaron en su totalidad hasta 1450. En la
administración hubo dos miembros de la Iglesia y dos ciudadanos dignos y
escogidos. La mantención del centro era a expensas de limosnas, donativos y
legados. Se nombró a un religioso y a un laico para el control de las rentas.
Más tarde, el centro adquirió el privilegio de heredar los bienes de aquellas
personas que morían sin dejar testamento o que no tenían descendencia legítima.
Felipe II otorgó el privilegio de ingresar en el fondo del Hospital las ganancias
de representaciones teatrales. Este gran centro, aparte de proporcionar
asistencia médica, contribuyó a lo largo del tiempo a la evolución de la
medicina.
En Andalucía tenemos como
referencia el Hospital de San Lázaro de Sevilla. La fundación tuvo lugar a
mediados del siglo XIII. El terreno escogido fue el de la Huerta Grande y
Huerta Chica de Sam Lázaro, en las proximidades del Guadalquivir. Junto a una
torre llamada de los Gausines. Estuvo destinado a la atención de leprosos y en
sus comienzos estaría constituido por el conjunto de un número indeterminado de
casas por enfermo, las cuales deberían ser construidas o arregladas por sus
moradores. Al conjunto se le denominó: Casa de San Lázaro. Más tarde fue
construida una Iglesia de estilo mudéjar.
Mención especial merecen los
hospitales del Camino de Santiago con gran influencia en ellos de los monjes
benedictinos del Leyre e Irache, en
Navarra, Carrión de los Condes en Palencia y Sahagún en León. Después aparece
el Cister con los llamados “monjes blancos”, los cuales se harán cargo de
centros nuevos. Surge: Valdefuentes en Burgos. También habían aparecido; San Agustín
en Roncesvalles y Santa Catalina en Somport. Fueron importantes los hospitales
de San Marcos en León, San Juan de Ortega en Burgos, Santo Domingo de la
Calzada en Rioja, y otros muchos más. Todos precisan un capítulo aparte.
BIBLIOGRAFÍA
GÓMEZ. R. El Hospital de San Lázaro en Sevilla.institucional.us.es/revistas/arte
MASOLIVER, J.R. GARCÍA, M. El diario de la Medicina. Luis de
Caralt, 1963. Impreso en España
“Enfermería avanza. Hospitales,
sus orígenes”.enfeps.bogspot.com
“Toledo, tierras y
pueblos”.www.losyebenes.es. “Guadalerzas, un hospital medieval”.
www.artehistoria.com. “Hospitales de la
ruta jacobea”.
www.
Binasss.sa.cr/revistas/enfermería. “Los Hospitales Medievales”
www. santpaubarcelona.org. “El
hospital medieval. Sant Pau. Recinte Modernista”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario