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lunes, 21 de abril de 2025

PASCUA DE RESURRECCIÓN 2025

 JESUCRISTO RESUCITADO


El ilustre teólogo Padre José Luis Martín Descalzo, hace una profunda reflexión sobre este hecho extraordinario de la resurrección de Jesús. Lo primero que llama su atención es la observación fundamental que hay que hacer sobre este acontecimiento y, lo expresa diciendo que hay dos formas de resucitar, pues la frase de "resucitar entre los muertos" tiene dos acepciones completamente distintas.

En un sentido terrenal, resucitar significará simplemente volver a la misma vida de antes y reanudar lo que la muerte interrumpió. De este modo, el resucitado no tendrá una nueva vida, sino que vivirá una segunda parte de la misma existencia, continuando siendo mortal. Así fue la resurrección de Lázaro y otras tantas.

De todos modos, está resurrección aún siendo muy importante y, aún necesitando producirse un enorme milagro, en realidad no resuelve ninguno de los problemas humanos, porque la muerte sigue existiendo y el hombre sigue encadenado al tiempo y a su fugacidad. Podríamos decir que esta resurrección es, en realidad, una suspensión o un retraso de la muerte, más que una verdadera resurrección. De esta forma, no representa una victoria sobre la muerte y no es la entrada a una vida plena y total.

La resurrección de Cristo es sin duda alguna, mucho más, pues al resucitar no da un paso atrás, sino un paso adelante. No regresa a la vida de antes y entra en la vida total. En vez de cruzar hacia atrás el umbral de la muerte, da un vertiginoso salto hacia adelante y penetra en la eternidad. No reingresa en el tiempo, sino que entra allí, donde no hay tiempo.

Entonces, pensamos que si la primera forma de resucitar es un milagro, esta segunda es además un misterio. La primera resulta comprensible, mientras que la segunda se vuelve incomprensible para la inteligencia humana. 

Jesús, tras la resurrección no "vuelve a estar vivo", sino que se convierte en el "viviente", porque no puede volver a morir. No regresa por la puerta por la que salió, sino que encuentra y descubre una nueva puerta que conduce a la vida eterna.

Continúa reflexionando el mencionado teólogo de que no se trata de una nueva vida en sentido solo espiritual, cuando decimos que nuestros muertos han pasado a ella, sino que Jesús entra, por su resurrección, en esta nueva vida con  todo su ser, en cuerpo y alma, entero. 

Se dará la paradoja de que el que resucita es él y no es él. Es él porque no se trata de una persona distinta ; y no es él, porque el resucitado viene con una humanidad nueva que ya no queda atada a la muerte. Se dijo que Jesús al resucitar "todos creyeron que él había vuelto. Pero no era él, sino más". Era el definitivo. 

Dice San Pablo que si Cristo no resucitó somos los más desgraciados de los  hombres. Pero, si él resucitó, ser hombre es la cosa más exaltante que puede existir.


REFERENCIAS

MARTÍN DESCALZO, J.L. VIDA Y MISTERIO DE JESÚS DE NAZARET. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1998



Jesús se aparece a sus discípulos. Soledad Navas. Pinterest. 

      

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