LA ORACIÓN DE JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS
El padre José Luis Martín Descalzo se imagina esta majestuosa escena de la oración de Jesucristo de la siguiente manera: Deberían ser alrededor de las once de la noche cuando Jesús y sus discípulos abandonaron el cenáculo. El cielo estaría lleno de estrellas y con una luna llena y resaltante de luminosidad.
Toman el siguiente camino: Pasan cerca de la casa de Caifás y se dirigen hacia la Puerta de la Fuente. Después, tuercen hacia la izquierda para tomar el camino que abraza los cimientos de la muralla por la parte central. Dejando a la izquierda el barrio de Gihon, apretado contra la muralla, pasan a continuación el barrio de Siloán, en el lado opuesto del torrente.
Todas las ventanas de las casas estarían iluminadas con las luces de los que aún celebraban la cena pascual, mientras que millares de peregrinos estarían celebrando la cena al aire libre, junto a sus tiendas de campaña.
Llegan al fondo del torrente y comienzan a ascender para alcanzar el huerto al que se dirigen. Desde allí veían el templo con el pórtico de Salomón sobresaliendo con sus lámparas encendidas. A continuación, cruzan una zona de cementerios y al cabo de media hora de camino se encuentran ya en Getsemaní.
Los apóstoles hablan de una granja llamada Getsemaní, tanto San Mateo como San Marcos, mientras San Lucas se refiere a un lugar en el Monte de los Olivos, y San Juan de un huerto a la otra parte del torrente de Cedrón. Sabemos que este era un lugar en la que Jesús acostumbraba a recogerse para orar, pues lo cuenta así San Lucas diciendo que fue como de costumbre al Monte de los Olivos y que Judas lo conocía perfectamente.
Getsemaní significa molino de aceite y era un bosque de olivos que estaría cercado por una pared baja, de piedras, o por un seto. Opina Martín Descalzo que el hecho de que hubiera alguna clase de cerca lo prueba de que se indique que Jesús y los suyos entraron y luego salieron de él. Es muy lógico de que hubiera en aquel lugar algún molino de aceite. Los evangelistas no nos hablan a quién pertenecía este huerto, pero el hecho de que Jesús lo frecuentaba nos lleva a la conclusión de que pudiera pertenecer a un buen amigo, y la hipótesis más probable es que pudiera ser propiedad del mismo dueño del cenáculo donde celebraron la cena.
Sobre este lugar, hemos de decir que la tradición que lo asegura como escenario de este hecho es muy antigua, pues hay testimonios de los primeros años del siglo IV. En el año 380 se construyó en aquel lugar una primera iglesia, que ocupa la basílica actual. Junto a ella hay un huertecillo con ocho gigantescos olivos, viejísimos, que podrían ser retoños de los que existían hace dos mil años.
Habría un calorcillo húmedo y pegajoso. Según San Mateo, Jesús dijo: Quedaos aquí, mientras yo voy allá a hacer oración. Pidió solo a tres de sus discípulos: Pedro, Santiago y Juan, que le acompañarán en esta hora dramática. Eran precisamente los tres que habían estado con Él en la transfiguración. Se alejó de ellos unos treinta pasos, dice San Lucas: como un tiro de piedra. Los apóstoles pudieron oírle, porque su oración, según costumbre oriental, fue en voz alta.
San Mateo y San Marco reflejan que Jesús comenzó a ponerse triste y sentir abatimiento. Había confesado su tristeza cuando dijo: Triste está mi alma hasta la muerte.
Aunque los cuatro evangelistas coinciden en la descripción de la oración de Jesucristo, es San Lucas quien aporta más detalles: Salió y como de costumbre fue al Monte de los Olivos. Le siguieron también sus discípulos. Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para no caer en tentación. Y se apartó de ellos como de un tiro de piedra y, de rodillas, oraba diciendo: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Se le apareció un ángel del cielo que le confortaba. Y entrando en agonía oraba con más intensidad. Y le sobrevino un sudor como de gotas de sangre que caían hasta el suelo. Cuando se levantó de la oración y llegó hasta los discípulos los encontró adormilados por la tristeza. Y les dijo: ¿Por qué dormís?. Levantaos y orad para no caer en tentación.
REFERENCIAS
MARTÍN DESCALZO, J.L. Vida y misterio de Jesús de Nazaret. Ediciones Sígueme. Salamanca, 1998
LUKNIA. Lucas, 22, 39-46. Texto de la Universidad de Navarra
Imágenes del paso de misterio de la cofradía de la Oración del Huerto. San Fernando (Cádiz)