El pasado 10 de marzo se han cumplido 128 años de la trágica desaparición del crucero de la Armada española Reina Regente. La historia de este impactante suceso comienza cuando su comandante, capitán de navío Francisco de Paula Sanz de Andino, recibe la orden de trasladar a Marruecos una embajada del sultán de este país, la cual regresaba de Madrid después de haber realizado conversaciones relacionadas con la revisión del tratado de Marrakech.
Después de embarcar 546 toneladas de carbón y 311 toneladas de agua dulce para poder generar vapor, el sábado 9 de marzo, el crucero parte de Cádiz con rumbo a Tánger y después de siete horas de viaje fondea en la rada de este puerto marroquí, en el anochecer. Se espera al día siguiente para desembarcar a los pasajeros.
En la mañana del siguiente día acude la embarcación del practico del puerto y creyendo que existe riesgo de desembarcar a los diplomáticos del país vecino, por las malas condiciones de la mar, estos pasan a un bote que los llevará a un vapor remolcador. A las 10 y 30 de la mañana el crucero leva anclas, dobla el "Muelle Viejo" y pone proa al NO, con rumbo a Cádiz.
Horas después, parece ser que fue visto por los vapores británicos Mayfield y Matheus. El capitán del primero refiere haber reconocido un buque de guerra de las características del Reina Regente que a pesar de no notar que tuviera avería alguna, daba grandes balanceos y lo sitúa a unas 12 millas de Cabo Espartel, navegando hacía Cádiz. Por su parte, el capitán del Matheus que navegaba rumbo al Estrecho y con destino a Génova, comentó que sobre las 12 y 30 horas de aquel fatídico 10 de marzo, sufrieron un fortísimo chubasco de agua y viento. Pasaron a una milla y media de un buque de guerra, sin poder distinguir su nacionalidad por la poca visibilidad existente, pero podía tratarse del Reina Regente.
El capitán de fragata Miguel Aguirre, nombrado juez instructor, recoge el testimonio de unos campesinos del poblado de Bolonia, en Tarifa, los hermanos Antonio y Francisco Rodríguez, quienes manifestaron que entre la una y dos de la tarde de aquel día, observaron un buque de guerra atravesado en la mar y al que de vez en cuando cubrían las olas, dejando de verse de forma repentina. Podría ser el Reina Regente.
Según versión de Aragón Fontenla, recogida por Gil Hondubilla, la situación a aquellas horas de la tarde debió ser crítica, pues la visibilidad desde el puente estaría reducida y el buque no se podría mantener proa a la mar, porque las olas invadirían completamente el castillo, rompiendo en las plataformas de los montajes llegarían a cubrir el puente de gobierno.
Continua, afirmando que sorprendido el comandante por la furia del temporal debió de ordenar enmendar el rumbo y caer de estribor para recibir la mar por la amura de babor, reduciendo la marcha para evitar machetazos e intentar avanzar en contra de la mar.
El hecho fue que el crucero de la Armada española Reina Regente jamás llegó a Cádiz, de donde había partido el día anterior.
REFERENCIAS
ARAGÓN FONTENLA, M. "Historias de la mar: ¿Dónde se encuentra el Reina Regente?". Revista General de Marina. Marzo de 2001, pp.247-262
GIL HONDUBILLA, J. El Crucero Reina Regente. La Espada y la Pluma. Madrid, 2004
MOLLÁ AYUSO, L. "Historias de la mar: 100 años del Reina Regente". Revista General de Marina. Marzo de 1995, pp. 329-340
ROCA NÚÑEZ, J.B. ROCA FERNÁNDEZ, F.J. GARVÍ LÓPEZ, Mª. ROCA FERNÁNDEZ, JJ. Historia de la Medicina. La Sanidad de la Armada española en la segunda mitad del siglo XIX. Martínez Encuadernaciones. Puerto Real (Cádiz), 2015
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