El día 18 de septiembre de 1895; el crucero Sánchez Barcaíztegui abandonaba la bahía de La Habana, puede ser que a oscuras para no ser detectado por el espionaje mambiso, en una época de continuas rebeliones y tráfico de armas. Cuando doblaba la boca del Morro, es embestido por el mercante Conde de la Mortera. Este era un buque de gran tonelaje, pertenecía a la naviera de Ramón Herrera y al mando del capitán de la Marina Mercante José Viñolas Valle, procedía de Nuevitas, con carga y pasaje, dirigiéndose al puerto de La Habana. Embiste al crucero por la amura de babor y el comandante de este buque, capitán de fragata Francisco Ibáñez Varela que unos momentos antes había avistado al mercante; ordenó caer a estribor, pero a pesar de ello no pudo evitar la colisión. Existe otra versión sobre la oscuridad en que navegaba el crucero de la Armada, afirmando que se había producido un fallo eléctrico cuando un engrasador sufrió un accidente, quedando una de sus manos aprisionada en la dinamo, rompiéndose la correa de transmisión por lo que el buque se quedó a oscuras. Cuando se intentó corregir la avería con un servomotor, llegó el momento de la colisión. El médico primero Faustino Martin Díaz, había sido requerido momentos antes para atender a un mecánico que había quedado atrapado por la correa de transmisión de la dinamo y presentaba numerosas heridas, según algunas fuentes, y pudo ser el accidente que motivó la posterior catástrofe. El médico al bajar a la sala de calderas es sorprendido por la colisión, siendo uno de los desaparecidos. Perdieron la vida: el jefe del Apostadero, contralmirante Manuel Delgado Parejo quien accidentalmente se encontraba a bordo, el comandante, el médico, un alférez de navío, contador de fragata-habilitado, un 1º maquinista, un 3º maquinista, dos condestables, un sargento de infantería de marina, ocho soldados de infantería de marina, cuatro fogoneros primeros, cuatro fogoneros segundos, un carpintero y cinco marineros. Muchas de las victimas de aquella tragedia fueron devoradas por los tiburones mientras que los supervivientes fueron recogidos por botes del Conde de la Mortera y por la lancha Intrépida de la Armada.
Historia de la Medicina. La Sanidad de la Armada española en la segunda mitad del siglo XIX.
Roca Núñez, J.B. Roca Fernández, F.J. Garví López, Mª. Roca Fernández, J.J.
CRUCERO SÁNCHEZ BARCAÍZTEGUI.www.todocuba.org.
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