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viernes, 16 de febrero de 2018

MILITARES ESPAÑOLES EN FILIPINAS. EJÉRCITO.



En 1565 Miguel López de Legazpi conquista diversas islas del archipiélago filipino y para su gobierno crea una capitanía general dependiente del virreinato de Nueva España, en el año 1574.
En 1784 se ha creado la Intendencia de Manila.
En 1786 se han creado cuatro intendencias más, en: Illocos, Camarines, Ilo Ilo, y Cebú.
Al principio se hace cargo de la administración territorial la Armada pero después pasará dicha competencia al Ejército. Fernando VII nombra a un gobernador que tiene la categoría de capitán general, aunque es civil. A partir de 1822 los gobernadores van a ser militares.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se van creando gobiernos y comandancias militares. Pero en 1840 ya había tres distritos: Luzón, Mindanao y Visayas. Al frente de cada uno de ellos figuraba un general de brigada quien mandaba sobre veinticinco gobernadores político-militares, que eran jefes u oficiales del Ejército cuyo empleo dependía de la extensión del territorio, y pertenecían al Arma de Infantería o Caballería. Todos ellos eran militares distinguidos y con experiencia en ultramar. Tenían atribuciones semejantes a los gobernadores civiles de la Península. Nombraban los alcaldes en las poblaciones pertenecientes a su territorio. También poseían jurisdicción sobre las tropas estacionadas en ellos.
La autoridad eclesiástica obraba aparte y como es natural dependía de la Iglesia.
Siguiendo a Puell de la Villa podemos informarnos de la organización del Ejército en el Archipiélago. El capitán general estaba acompañado por un Estado Mayor con sedes en Manila, Cavite, Zamboanga y Marianas. Comprendía cinco secciones: organización, administración, personal, justicia, y reclutamiento. Había un segundo general subinspector  para las distintas fuerzas.
Los distintos Cuerpos eran: Infantería, Caballería, Artillería, Ingenieros, Guardia Civil, y Carabineros.
La Infantería comprendía la mayor parte de las fuerzas y estaba distribuida de la siguiente forma: Regimientos; Legazpi nº 68, Iberia nº 69, Magallanes nº 70, Mindanao nº 71, Visayas nº 72, Joló nº 73, y Manila nº 74. Los regimientos estaban mandados por tenientes coroneles y cada uno de ellos poseía una plana mayor y seis compañías. Su distribución cambiaria con las circunstancias. Normalmente había cuatro regimientos en la bahía de Manila, agrupados en media brigada al mando de un coronel. Los regimientos restantes se mantenían desplegados principalmente por las plazas fuertes como Visayas y la isla de Mindanao, siendo en su capital Zamboanga donde residía el jefe de la segunda brigada. Además habrá numerosos asentamientos cuando lo exigen las circunstancias, como veremos a continuación.
La Caballería contaba con un escuadrón de Lanceros y se encontraba en Manila.
La Artillería estaba formada por un regimiento con dos batallones. Uno en Cavite y otro en Manila. Cada uno de ellos contaba con cinco baterías. Había diez compañías de a pie y una de montañas.
Ingenieros contaba con dos comandancias facultativas y con cuatro compañías de obreros indígenas, mandadas por oficiales de infantería. Estaban a su cargo las obras y mantenimiento de las fortificaciones de Cavite y Manila, así como la comunicación entre ellas. En las aldeas quedaban hombres de reserva para cubrir las necesidades.
La Guardia Civil se ocupaba del orden público. Estaba agrupada en tres tercios y dispersa en seis distritos con infinidad de puestos. El mantenimiento del orden público de Manila y sus alrededores correrá a cabo de la llamada “Guardia Civil Veterana”.
Los Carabineros poseían cuatro comandancias y doce  compañías. Su misión consistía en evitar el contrabando. Patrullaban las costas con lanchas de vapor, falúas y botes de vela.
El apoyo a las fuerzas estaba constituido por: Cuerpo Jurídico, Administración Militar, Sanidad, Veterinaria, y Clero Castrense.
La Sanidad comienza a construir hospitales y enfermerías como apoyo a la tropa. Además de su hospital principal en Manila cuenta también con hospitalización en Cotta-Bato, Mindanao, Joló, Ilo Ilo, Puerto Princesa, Agaña en Marianas, y otras de menor categoría como: Bangued, Fuerte Tumbao, Tucuran, Fuerte Reina Regente, Parang-Parang, Pikit, Bantog, Iligan, Momungang, Marahui, Ularna.

PERSONAL
El personal militar profesional era voluntario y con el compromiso de permanecer un mínimo de seis años en el archipiélago. Contaban con un sobresueldo. Pero a pesar de ello no había muchos candidatos y las causas eran diversas. El clima de las islas de carácter tropical con oscilaciones desde lo caluroso y seco, aunque con alto grado de humedad, hasta las lluvias con precipitaciones abundantes y monzones. Se unía a ello las terribles enfermedades, como  paludismo, cólera, disentería, o beri-beri, que ocasinaron tantas muertes, sin olvidarnos de otra patología propia de la región y complicada para la época, como las úlceras de Carolinas y fagedémicas, la anemia de Filipinas, fiebres hiperémica y fluvial, o las heridas de púa. Pero había otro factor a tener en cuenta que era la calidad de la tropa con que se contaba. El Gobierno recurrió a aumentar un grado en el empleo para el ejército de Filipinas.
Para la tropa de ultramar se había implantado el reenganche entre los que habían finalizado el servicio militar y se empleaban voluntarios. Se reclutaron indígenas pero la política tuvo que cambiar a lo largo del tiempo debido a la aparición de las insurrecciones. Así; el regimiento de artillería de Cavite, a raíz de la insurrección de 1872 en su cuartel, solo se nutrió de tropa peninsular. Recordemos que en el tiroteo murió el médico mayor de la Armada Rómulo Valdivieso Ferrer, jefe de sanidad del Arsenal de Cavite, cuando en el cumplimento del deber se dirigía desde su domicilio a su puesto de combate de la enfermería del Arsenal.

INSURRECCIONES Y REORGANIZACIÓN MILITAR
Con la aparición de las insurrecciones en las islas, la organización existente es modificada. Se crean dos regimientos provisionales de Infantería que se llamaran Regimientos de Filipinas nº 1 y nº 2. A parte de ello se contaba con dos compañías disciplinarias, agrupadas en un batallón. Más tarde se reorganizan los regimientos, se aumenta la artillería y la caballería, y se duplica la tropa.
La acción bélica aumenta por parte de los insurrectos. Estos, impulsados por la sociedad secreta Katipunan, han organizado un ejército comandado por el antiguo viajante de comercio Emilio Aguinaldo Famy y por el farmacéutico y científico Antonio Luna Novicio. Al tenerse que enfrentar al ejército tagalo, el gobierno de la nación organiza una tropa expedicionaria constituida en principio por dos batallones de Infantería de Marina, tres de Cazadores, y una sección de Artillería. La tropa comienza embarcando en los vapores Cataluña y Monserrat de la Compañía Trasatlántica desde Cádiz y Barcelona respectivamente. Llegan un total de 12.000 hombres al mando del general Lachambre y con los efectivos del gobernador general Camilo García de Polavieja, quien sería nombrado general jefe del Ejército de Filipinas, se forma una división de once batallones expedicionarios y dos regimientos indígenas que comienzan a operar sobre las principales posiciones rebeldes de Imus, Noveleta y Cavite Viejo.
Continúan llegando tropas desde la Península y Polavieja crea un mando divisionario en las provincias de La Laguna, Batangas y Tayabas. Hay cuatro brigadas a cuyo frente figuran generales de brigada, posiblemente fueran coroneles graduados de generales, en Filipinas.
Comandancia General de la División. Al mando del general de división José Lachambre Domínguez.
Primera Brigada al mando del general de brigada Pedro Cornell. Estaba integrada por tres batallones de Cazadores Expedicionarios y el Regimiento de Infantería de Línea nº 74. Dos Guerrillas Montadas o a caballo.
Segunda Brigada al mando del general de brigada José Marina de la Vega. Se hallaba compuesta por unidades procedentes de dos batallones de Cazadores Expedicionarios y cuatro compañías de otros dos batallones, así como cuatro compañías del Regimiento de Infantería de Línea nº 73. Además, una Guerrilla Montada y un batallón de Artillería de Plaza.
Tercera Brigada. Estaba al mando del general de brigada Nicolás Jaramillo Mesa. Estaba constituida por un batallón de Cazadores Expedicionarios y dos compañías de otro batallón. Cuatro compañías de los regimientos de Infantería de Línea números 70 y 73. Una Guerrilla Montada. Una sección de Artillería de Montaña. Una sección de Ingenieros. Un Parque Móvil. Además en Taal; un Centro de Municionamiento, Hospital y Aprovisionamiento.
Brigada Independiente al mando del general de brigada Francisco Galbis Abella. Estaba constituida por tres batallones de Cazadores Expedicionarios y cuatro compañías de otros dos. Tres Guerrillas Montadas. Un escuadrón de Caballería Peninsular. Una sección de Artillería de Montaña. Una compañía de Ingenieros.
Comandancia General del centro de Luzón al mando del general de brigada Diego de los Ríos y Nicolau. Estaba formada por diez compañías procedentes de cuatro batallones de Cazadores Expedicionarios. Cuatro compañías procedentes de tres regimientos de Infantería de Línea y dos compañías procedentes del batallón de Infantería de Marina nº 4. Una sección de Ingenieros.
Comandancia General de Manila y Morong al mando del general de división Enrique Zappino Moreno. Estaba integrada por un batallón de Cazadores Expedicionarios y cuatro compañías procedentes de otro batallón. Tres compañías procedentes del regimiento de Infantería de Línea nº 70. Tres compañías de Infantería de Marina procedentes del Batallón nº 3. Tres compañías del regimiento de Artillería de Plaza. Un escuadrón de Caballería del Regimiento Filipinas.
Además se habían constituidos una serie de destacamentos: Santa Cruz de la Laguna. Calamba. Santo Domingo. Tayabas. Línea Tanauan-Bañadero-Biñan. Línea Batangas-Calaca-Liang-Balayán-Punta Santiago. Línea Pansipit.
A la tropa se sumaba una serie de voluntarios alistados. Son procedentes de distintas regiones: Manila, Marbete, Illongos del Norte y del Sur, La Isabela, La Unión, Cagayán, Albay o Abra.
Se han establecido hospitales de campaña en Taal, Calamba y Biñang.

Cuando los rebeldes tienen que replegarse, Lachambre expone a Polavieja la necesidad de dejar efectivos en los territorios ocupados y se propone movilizar 25.000 hombres, pero dicha petición es denegada por el gobierno central.
No obstante, se disuelve la división Lachambre y las unidades que la componen se distribuyen por las pequeñas poblaciones. Se crean núcleos en Taal, Silang, San Francisco de Malabón e Imus. En cada uno de ellos permanecerá una batería, una sección de ingenieros, una de transporte, así como un hospitalillo. Se amplia los centros sanitarios y habrá atención médica y quirúrgica periférica en Zamboanga, Parang-Parang, Iligang, Marahui, Cotta-Bato, Turucan y Fuerte Regente. Así como numerosos destacamentos sanitarios distribuidos por el archipiélago, como es el caso de Mindanao con: Puerto de Santa María, Lebak, Malabán, Barás, Glan, Margosatúbig, y Lunbayanequi.
En la región de Misamis; Liagan, Lintogod y Gingoog.
En la isla de Luzón, Nakar y en la isla de Panay, Briones
Ya en el año 1898 se había establecido el alistamiento de indígenas, mestizos y oriundos, bien fueran solteros, viudos o casados. Estos últimos serian sin hijos, aunque podrían ser padres si el matrimonio lo hubiera realizado antes del alistamiento. Los límites de edad para todos estaban entre los 18 y 25 años. El tiempo obligatorio de permanencia en este ejército era de ocho años. Hubo muchas deserciones y sublevaciones entre sus componentes.
El general García de Polavieja había ingresado en el Ejército como soldado voluntario y había alcanzado el grado de  sargento primero en Marruecos, tras la batalla de Wad-Ras. Continua su carrera militar y con el grado de teniente coronel participa en la Tercera Guerra Carlista. Años más tarde, con el mando de general de brigada, participará en Cuba en la guerra de los diez años. Se hallaba en Filipinas desde 1896 y a pesar de que parecía haber dominado la insurrección, Polavieja como hombre de experiencia sabía que si no se reforzaba las posiciones el porvenir no era optimista. Surgen las desavenencias con el Gobierno de Madrid y alegando padecer paludismo pide su reemplazo. Es sustituido el 24 de marzo de 1897 por Fernando Primo de Rivera y Sobremonte.
En este año de 1897 surgen nuevos ataques y se reemprende las operaciones. Primo de Rivera no es partidario de solicitar  nuevos refuerzos al Gobierno y decide reclutar indígenas entre edades de 18 y 50 años. Su cargo lo realizará con éxito porque se impone a los tagalos y su jefe Emilio Aguinaldo se ve obligado a firmar el Pacto de Biak-na-Bató por el que sus tropas se retiran a las montañas y su líder se compromete a exiliarse a Hong Kong.
Se mantiene la calma hasta que surgen los nuevos acontecimientos de 1898, cuando el día 15 de febrero de este año se produce la voladura, de forma misteriosa, del navío acorazado de la American Navy, Maine, cuando se encontraba fondeado en la bahía de la Habana. Estados Unidos culpa de este accidente a los españoles y decide declarar la guerra a España. Filipinas será atacada por mar y tierra, desembarcando contingentes de la Marina y del Ejército americano, a los que se sumará los ataques de las milicias tagalas. En abril de este año, Primo de Rivera es relevado por Basilio Agustín y Dávila, y ante los acontecimientos decide organizar una milicia filipina con nativos leales, pero las deserciones y traiciones son frecuentes. Parece ser que antes ciertas incertidumbres, el Gobierno decide reemplazarle por Fermín Jáudenes y Álvarez, quien al final se verá obligado de rendir Manila a Estados Unidos.




Los héroes de Baler a su llegada a España. Paco Domingo.www.grandesbatallas.es


BIBLIOGRAFÍA

BELAÚSTEGUI. FERNÁNDEZ, A. Sanitarios Militares en Filipinas, 1521-1898. Ministerio de Defensa. Madrid, 2012.

PUELL DE LA VILLA, F. “El Ejército de Filipinas”. El lejano oriente español (siglo XIX). VII Jornadas Nacionales de Historia Militar. Cátedra “General Castaños”, pp. 395-418. Sevilla, 1997.

PUELL DE LA VILLA, F.”El Ejército español en Filipinas 1896-1898”. IU. General Gutiérrez Mellado, UNED. Las relaciones entre España y Filipinas. Siglos XVI-XX, pp. 189-206. María Dolores Elizalde Pérez-Grueso. Madrid-Barcelona, 2003. 

PUNTO DE ENCUENTRO. “La mítica División Lachambre y la reconquista de Cavite”. Galdira, 29 de mayo de 2006, 13:45.1898.mforos.com

REGODÓN VIZCAINO, J. Contribución al estudio de la Medicina en las islas filipinas en la segunda mitad del siglo XIX. Tesis doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Facultad de Medicina. Departamento de Historia de la Medicina. Madrid, julio de 1990.

REGODÓN VIZCAINO, J. “Estructura sanitaria del Ejército y de la Armada en Filipinas en el siglo XIX”. El lejano oriente español: Filipinas (siglo XIX). VII Jornadas Nacionales de Historia Militar. Cátedra “General Castaños”. pp. 555-565. Sevilla, 1997.

ROCA NÚÑEZ, J.B. ROCA FERNÁNDEZ, F.J. GARVÍ LÓPEZ, M. ROCA FERNÁNDEZ, J.J. Historia de la Medicina. La Sanidad de la Armada española en la segunda mitad del siglo XIX. Martínez Encuadernaciones. Puerto Real (Cádiz), 2015.

WIKIPEDIA.www.wikipedia.org/wiki








miércoles, 7 de febrero de 2018

FARMACÉUTICOS DE EJÉRCITO EN FILIPINAS.




En los hospitales militares y civiles del Archipiélago se llevaba siempre a cabo la elaboración de medicamentos por parte de los boticarios y sus ayudantes. Dicha elaboración se haría en unos casos de acuerdo a las necesidades hospitalarias mientras que en otras ocasiones se recurría a medicinas que llegaban de la Península.
El 25 de enero de 1859 aparece una Real Orden que regula la estructura sanitaria de los hospitales militares y regimientos de Filipinas. En las islas va a quedar un primer farmacéutico y cuatro ayudantes de farmacia. El cargo de boticario mayor corresponderá a primer ayudante de farmacia. Se ha creado el Laboratorio y Depósito de Medicamentos de Manila, el cual tendrá a su cargo el suministro de preparados a todos los hospitales militares y enfermerías del Archipiélago.
El Cuerpo constituido de Farmacia Militar seguirá las mismas reglas que todos los Cuerpos militares. El cargo de farmacéutico mayor en el ejército de Filipinas corresponderá a primer ayudante farmacéutico de la Península y el de primer ayudante a segundo ayudante en el ejército peninsular.
En 1884 aparece un nuevo Reglamento de Hospitales en el que habrá un intercambio de preparados. De este modo el Laboratorio de Manila a la vez que importa de la Península ciertas materias primas, también exportará a esta, sustancias exóticas para la elaboración de nuevos preparados. Con la creación de un amplio Laboratorio Central de Farmacia Militar en Madrid, aumentará de forma evidente la importación de medicamentos peninsulares. No obstante, en Manila, en su Laboratorio Farmacéutico Químico se observará una gran actividad. La misión de este centro es varia: Adquisición de materias primas y medicamentos. Almacenamiento y conservación de los preparados. Se llevará a cabo la preparación de sustancias farmacéuticas y químicas. Por último, se procederá al despacho de medicamentos y utensilios de farmacia a distintos centros militares; hospitales, enfermerías, farmacias, ambulancias y botiquines de los distintos regimientos. También se llevará a cabo análisis.
En 1885 el Laboratorio de Manila se ha constituido en una sucursal del Laboratorio de Madrid. El día 1 de enero de 1886 comienza a funcionar en Filipinas el despacho de medicamentos al personal militar. Este hecho había ocurrido en la Península dos años antes y supuso un gran alivio en la economía de los pacientes porque sobre todo en Filipinas, las farmacias civiles eran bastantes más caras.
En 1887 hay destinados en Filipinas dos farmacéuticos mayores y ocho primeros ayudantes.
Son numerosos los oficiales del Cuerpo de Farmacia Militar que desfilan por las islas, por lo que destacaremos a algunos conocidos:
1845. Boticario Mayor Ildefonso Pulido Espinosa. Fue boticario del Hospital Militar de Manila y de Pollok.
1850. Boticario Antonio Leogardo.
1867. Farmacéutico Mayor Ramón Botet Jonullá. Jefe del Laboratorio de medicamentos de Manila.
1879. Subinspector farmacéutico de 2ª  José Gort y Gigó. Fue jefe del Laboratorio Químico Farmacéutico de Manila.  
1894. Farmacéutico Mayor Bartolomé Aldeanueva Paniagua.
Farmacéutico Mayor. Eduardo González Cabrera.
1896. Farmacéutico Primero José Grua Pons.
Farmacéutico Primero Antonio Casanova LLobet.
1898. Farmacéutico Mayor Felipe Cabrera Alonso

Ramón Botet y Jonullá.
Nace en Palamós, provincia de Gerona, el 31 de agosto de 1828. En su juventud estudia Filosofía en Vich.
1846. Se matricula en Farmacia y Ciencias Naturales en la Universidad de Barcelona.
1852. Obtiene el título de Licenciado en Farmacia. Había impartido clases de Matemáticas en los Institutos de Lérida y Figueras.
1853. Realiza el Doctorado en Farmacia, en la Universidad de Madrid.
Ingresa por oposición en el Cuerpo de Farmacia Militar.
1866. Es destinado a Manila como director del Laboratorio Químico Farmacéutico de las islas filipinas.
1871. Contribuye, junto a otros farmacéuticos, a la fundación de la Facultad de Farmacia, en la Universidad de Manila. Durante cuatro años fue catedrático en la asignatura de Química General, en dicha Facultad.
Miguel de Benavides, dominico español y arzobispo de Manila había creado en 1601, en la antigua ciudad de intramuros, un Colegio para estudios de los seminaristas de la Orden. A su muerte, en 1605, se hace cargo de la institución Fray Bernardo de Santa Catalina quien consigue un edificio más amplio cerca del Convento. Con la Biblioteca donada por su antecesor crea el colegio de Nuestra Señora del Santísimo Rosario, el cual cambiará más adelante al nombre de Santo Tomás. En 1645 el papa Inocencio X le otorga el nombramiento de Universidad Pontificia. Con el tiempo se van ampliando las asignaturas y se llegará a estudiar: Derecho Canónico, Teología, Filosofía, Lógica, Gramática, Artes, y Código Civil. A partir de 1871 se estudiará Medicina y Farmacia.
1873. Es nombrado miembro de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona
1875. Es destinado a Cuba. Durante su estancia en la Habana fue presidente del Colegio Farmacéutico y miembro de la Comisión Redactora de Farmacopea hispano-cubana.
Entre sus obras destaca: el Tratado de Química General Filosófica, publicado en Manila, en el año 1875. El Repertorio de Farmacia de la Habana. Escribió en conocidos periódicos madrileños relacionados con la Sanidad, como: El Restaurador Farmacéutico y El Siglo Médico. También colaboró en La Gaceta de Sanidad Militar.
Fallece en Barcelona, el 16 de noviembre de 1898.



Bartolomé Aldeanueva Paniagua. Desinado en Filipinas en 1894. Biblioteca Virtual de la Real Academia Nacional de Farmacia.






BIBLIOGRAFÍA

BELAÚSTEGUI. FERNÁNDEZ, A. Sanitarios Militares en Filipinas, 1521-1898. Ministerio de Defensa. Madrid, 2012.

BIBLIOTECA VIRTUAL DE DEFENSA. Diario Oficial del Ministerio de la Guerra. Nº 38. 18 de febrero de 1896.

NAVARRO GALLO, J.A. HUERTA ALONSO, M.P. “Historia del Laboratorio y Depósito de medicamentos del Ejército de Filipinas”. El Lejano Oriente Español: Filipinas (siglo XIX), pp 567-572. VII Jornadas Nacionales de Historia Militar. Sevilla, 1997.   

PORTELA MARCO, E. “Botet y Jonulla, Ramón”. La Web de las biografías. MCN Biografías.com

WIKIPEDIA. “Ramón Botet y Jonullá”. 30 de abril de 2017. 18:23.

WIKIPEDIA. “Universidad de Santo Tomás (Filipinas).” 21 de diciembre de 2017. 14:08.